España, tierra de 3.000 muertos sin nombre

Los datos recogidos en la Base de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar comienzan en 1968 con 32 cadáveres aún anónimos

Imagen de un esqueleto en el Instituto Anatómico de Madrid MAYA BALANYA

ISABEL MIRANDA

Casi 3.000 cadáveres permanecen en el anonimato, inscritos en la Base de Datos de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDyRH) que comparten la Policía Nacional, la Guardia Civil y las policías autonómicas del País Vasco, Cataluña y Navarra. Los datos abarcan desde 1968, año en el que aún permanecen 32 expedientes sin nombre ni apellidos, hasta abril de este año, cuando ya se habían inscrito 16 casos. En concreto, se trata de 2.943 personas muertas sin identificar .

Estos datos se desprenden de una respuesta oficial del Gobierno a una pregunta escrita registrada este año en el Senado. La base de datos PDyRH combina los registros de las denuncias por desaparición así como el de los cadáveres anónimos hallados, con la intención de identificar a estos últimos.

Según estas cifras, solo en cuatro años se superaron el centenar de cadáveres encontrados que continúan sin identificar, siendo el año 2012 el de mayor cuantía, con 128 casos . Los otros tres años resultan ser consecutivos: 2002, 2003 y 2004, a los que corresponden 106, 123 y 108 cadáveres sin identificar respectivamente. Estadísticamente, a lo largo del cerca de medio siglo de datos, los cadáveres sin identificar se han ido incrementando a razón de uno por año. La media está en los 56 casos por año.

Para ser inscrito en la mencionada base de datos es necesario agotar antes todos los recursos disponibles para la identificación del cadáver. En concreto, los médicos forenses realizan primero un análisis externo, incluyendo el de los objetos personales, la vestimenta hallados con el cuerpo y el registro de material videográfico. También se apuntan, en caso de que las haya, prótesis, marcapasos e intervenciones quirúrgicas del cuerpo. Se realiza una necroreseña según el tiempo transcurrido y la conservación del cadáver. Los especialistas registran huellas dactilares y recogen muestras biológicas, además de tratar de efectuar una identificación dental.

Todos estos datos se comunican a las autoridades competentes, para que se cotejen con las bases de datos disponibles. En el caso de la base PDyRH, tras la consulta de los datos introducidos, se recibe una aproximación de los expedientes de personas desaparecidas con coincidencias. Esos casos deberán ser analizados de forma directa y minuciosa por los expertos para comprobar si es posible la identificación plena. Mientras, los cadáveres pueden mantenerse durante años congelados en las cámaras de los institutos anatómicos hasta que la autoridad judicial determine que pueden ser enterrados.

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