España busca negocio en el vasto pero difícil mercado indio
Unas 200 empresas nacionales operan en el segundo país más poblado del mundo
Desde mayo de 2014, Narendra Modi gobierna en la India con la mayor victoria parlamentaria de las tres últimas décadas, que logró gracias a su promesa de revitalizar la estancada economía. Tres años después, la India vuelve a ser uno de los países que más crece del mundo a un ritmo de entre el 7 y el 8 por ciento . Un éxito que se debe a las reformas liberales acometidas por Modi pese a que alguna de ellas, como la sustitución de billetes antiguos por otros nuevos el pasado otoño, provocara un caos financiero que ha acabado mermando los últimos datos del Producto Interior Bruto.
En su búsqueda de inversiones extranjeras que modernicen la India, cuyas infraestructuras y transportes son todavía tercermundistas, Modi ha recalado en España con un jugoso caramelo: un mercado de más de 1.300 millones de consumidores, de los que 300 millones forman parte de la clase media.
A pesar de las posibilidades que ofrece la India, que superará en pocos años a China como el país más poblado del mundo, la presencia de las empresas españolas es todavía escasa . Con unos hábitos de consumo marcados por sus costumbres religiosas y culturales, el gigantesco mercado indio es uno de los más difíciles por su división en 29 estados con sus propias leyes, tarifas y hasta aranceles. Una fragmentación que el primer ministro Modi intenta eliminar.
Atraídas por su crecimiento, unas 200 empresas españolas operan ya en un mercado donde todo está por hacer. Entre ellas destacan Gamesa, que lleva desde 2009 y es el primer constructor de parques eólicos al copar un tercio del mercado, y Roca, con siete fábricas.
Debido a la necesidad de infraestructuras, Talgo, Indra y CAF aspiran a sus licitaciones de trenes y metros. La construcción y gestión de autopistas también ofrece oportunidades, pero las mayores firmas españolas de ingeniería no han desembarcado en la India. Aunque el potente Grupo OHL está presente desde hace seis años, la única constructora con cierto éxito en este país es Sanjosé.
Para las empresas españolas, los campos más prometedores son las energías renovables y la depuración de aguas residuales , ya que 3.700 ciudades con necesidades de suministro y gestión de residuos deben invertir hasta 2031 alrededor de 100.000 millones de euros. Junto al potente sector automovilístico, que arrastra a firmas de componentes y auxiliares como el Grupo Antolín o Gestamp, el turismo y la sanidad florecerán en los próximos años gracias al auge de la clase media.
Más complicado lo tienen los bancos y seguros, controlados por el sector público, y los artículos gastronómicos más representativos de España, como el jamón, el vino y el aceite de oliva. En este país de mayoría hinduista, donde las vacas son sagradas, el 14 por ciento de la población son musulmanes que no toman cerdo ni vino, gravado además con altísimos aranceles.
Con una inversión acumulada de 2.000 millones de euros , España exportó el año pasado a la India 1.259 millones de euros, menos de la mitad de los 3.463 millones que importó.
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