Error y marcha atrás
Últimamente, Gobierno, PSOE y Ciudadanos recitifican a menudo. Solo Podemos se mantiene en el error
El Gobierno aprobará los Presupuestos Generales del Estado antes de Semana Santa. Lo ha dicho el presidente del Gobierno después de que su jefe de Gabinete, José Luis Ayllón , y su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro , barajaran en público la posibilidad de prorrogar los actuales varios años. Pero no ha sido este el primer anuncio con marcha atrás protagonizado por el Ejecutivo últimamente.
También hemos asistido a un cambio de opinión sobre la posibilidad de equiparar los sueldos de policías y guardias civiles al de los mossos, con Montoro y el titular de Interior, Juan Ignacio Zoido , culpándose mutuamente de entorpecer la medida; una precipitación en prometer que los niños catalanes podrán estudiar en castellano que el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo , ha aparcado a cuenta de una sentencia del Constitucional en contra del criterio de varios de sus colegas del Gabinete y una denuncia de la censura de una obra pro independentista por parte de la dirección de ARCO nombrada por el PP.
En otras circunstancias, el PSOE estaría poniendo el grito en el cielo por tanta incongruencia. No puede porque lo suyo es peor, no son opiniones opuestas entre sus directivos, sino de errores de criterio de su secretario general y su portavoz parlamentaria. Margarita Robles, aplaudió la retirada de la obra de ARCO y la censuró la misma jornada en que consiguió que el Congreso votara su propuesta de establecer un ingreso mínimo de 426 euros al mes, que no se aprobó por la ausencia de cinco diputados socialistas.
En el entretanto, Pedro Sánchez estableció su oposición a que Luis de Guindos se convierta en vicepresidente del BCE, pero ya anda promoviendo la «abstención activa» de los suyos en el Parlamento Europeo.
Imperturbables ante cualquier asomo de autocrítica, los dos grandes partidos acusan a Ciudadanos por practicar, según su opinión, un cambio de criterio al minuto para proporcionar el titular de cada día según vengan dadas, siguiendo la popular máxima establecida por Groucho Marx de «estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros». Algo de razón llevan: no hay más que recordar cómo se oponía Albert Rivera a la aplicación del 155 con el que luego ha sacado pecho ante Mariano Rajoy .
Algo que no pasa con Podemos, un partido que, como todos, comete errores, pero que jamás da marcha atrás. Cuando le pillan promoviendo la igualdad salarial de hombres y mujeres mientras paga a sus empleados 829 euros de media al mes más que a sus empleadas, Pablo Iglesias dice que es mentira. Aunque esté comprobado que es verdad.
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