Errejón rechaza el regalo envenenado de Iglesias para mantener su espacio
El partido autonómico considera que el líder de Podemos «se ha equivocado» al intentar revivir un enfrentamiento con su exnúmero dos
La candidata de Más Madrid, Mónica García, reivindica su proyecto: «Esto no es una serie de Netflix»
Más Madrid trata de evitar que el desembarco de Pablo Iglesias en la Comunidad de Madrid vuelva a abrir la eterna disputa entre el líder de Unidas Podemos (UP) y su antiguo número dos, Íñigo Errejón. La formación regional cerró este martes la puerta a la candidatura conjunta que ofreció UP . Mónica García, la candidata, lo dejó claro en un vídeo. Lo hizo por dos motivos: uno, evitar un asalto orgánico de su espacio político; dos, la convicción de que tres papeletas separadas son más efectivas.
«Máximo respeto» , tuiteó Iglesias. Aunque fuentes del grupo parlamentario de UP lamentan la decisión y la consideran contradictoria después de que García dijese el lunes que se sentarían a hablar. La candidata de Más Madrid denunció «demasiada testosterona» en un ofrecimiento que rechazó para presentar su proyecto por separado. «Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que, en los momentos históricos, nos pidan que nos apartemos», dijo.
Iglesias tenía como objeto recuperar la representación perdida y en esa mano tendida había un regalo envenenado. UP pasó en 2019 de 27 escaños a 7. El líder de Más País, Íñigo Errejón , apuntaló el mensaje de García con una pulla. «El feminismo nos ha enseñado que no siempre tenemos que ser los protagonistas», escribió en Twitter. No dijo más y se mantiene al margen. En Más Madrid entendieron que la oferta-trampa de Iglesias los podría fagocitar. García quiso poner en valor su trabajo frente a la llegada de Iglesias como paracaidista de lujo . «Esto no es una serie de Netflix que haya empezado el pasado miércoles con la convocatoria de elecciones», dijo.
«Se ha equivocado»
Más Madrid considera que «Iglesias se ha equivocado» con un planteamiento que «no era una propuesta honesta» y que responde a las lógicas de UP. «Mónica no es de la etapa anterior. No está en estas jugarretas», defienden. «Íñigo no forma parte de la dirección. Claro que ha hablado con Mónica y están de acuerdo. Pero se funciona autónomamente. Pablo ha venido buscando un choque con Íñigo y no funcionamos así», insisten. Las formas del vicepresidente no gustaron. «No puedes llegar el último y que el resto baile alrededor tuyo». Aunque sí ven positiva su presencia por el riesgo de que UP no pasase del 5 por ciento. También lamentan que su irrupción da aire a la presidenta de la comunidad y que su discurso tendría menos efectividad ante candidatos como Gabilondo o García. «Pablo es el enemigo perfecto de Ayuso», valoran. Con todo, Errejón trata de evitar el choque entre los dos dejando el peso a García.
La ruptura definitiva entre Iglesias y él se materializó en el quinto aniversario de Podemos, el 17 de enero de 2019. Errejón iba a ser el candidato del partido para la Comunidad de Madrid. Iglesias le relegó a ese espacio tras ganar en Vistalegre II. Pero Errejón rompió radicalmente con Podemos y anunció que se presentaría a las regionales bajo la marca Más Madrid. Una plataforma nueva que tejió con mucha discreción con la exalcaldesa de la capital, Manuela Carmena. Los resultados ya se conocen. Un jarro de agua fría para UP. «Una traición», denunciaron.
El líder de Más País quería crear un espacio político más «transversal» y «abierto». El modelo que siempre había tenido en mente y no había podido desarrollar en Podemos por las ataduras de la Secretaría General. Su dimisión fue una condena a ese hiperliderazgo que le tenía maniatado desde 2017. En la repetición electoral de los comicios nacionales del 10-N, en 2019, Errejón abandona la Asamblea de Madrid y repite la jugada a nivel nacional como líder de Más País. Se presenta solo en algunas comunidades. No moviliza al elector como espera, se habla de errores de cálculo debidos a la premura y revanchismo, y queda diluido con dos escaños en el Grupo Plural en el Congreso. Sin embargo, las desconfianzas y deslealtades entre ‘errejonistas’ y ‘pablistas’ se remontan casi a los orígenes de Podemos . Nunca fue una cuestión únicamente ideológica —que también en ciertos aspectos—, sino que las diferencias estratégicas y la ambición de poder rompen una amistad y un tándem político.
En 2015, cuando el secretario general de Podemos estaba en Bruselas como eurodiputado, percibe que su número dos empieza a acumular mucho poder interno. Se empieza a trasladar la sensación de que los ‘errejonistas’ trabajan en «un partido dentro del partido». Algo que a Iglesias le preocupa. Cuando Juan Carlos Monedero, confundador de Podemos, dimite y abandona la dirección del partido, Errejón consigue una posición fuerte para hacer frente a Iglesias. Ya sin contrapesos. El primer choque importante se abre en 2016 con el cese de Sergio Pascual, el secretario de Organización. El número tres era muy próximo a Errejón y esta drástica decisión de Iglesias marca un punto de no retorno en la relación. Errejón comunica abiertamente a la Prensa que no comparte la destitución pero que la respeta. También insiste en que el modelo de organización aprobado en Vistalegre I no funciona: lo cree demasiado vertical y genera conflictos. En aquella época, Errejón optaba por abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez para un Gobierno de PSOEapoyado por Ciudadanos. Y también estaba en contra de la coalición con IU.
En 2017, Vistalegre II: las dos almas de Podemos enfrentan sus proyectos. Pero Iglesias se impone. Un año antes de estas primarias, saltan las alarmas en la dirección con la llamada ‘Operación Jaque Pastor’ y empeoran más las relaciones entre las dos familias. El equipo de Iglesias descubre un grupo de Telegram liderado por Errejón para desbancarles. Luego, en 2018, un movimiento similar sale a la luz cuando Carolina Bescansa revela por error un plan para liderar Podemos con Errejón.