La equinoterapia, una terapia en auge

Javi tiene hidrocefalia y graves retrasos psicomotores. Llegó un punto en que el trabajo con fisioterapeutas no era suficiente. Con la equinoterapia su evolución ha sido impresionante, porque le hace trabajar el cuerpo, ha mejorado la postura y va cogiendo fuerza en la columna, lo que le ayuda a caminar. La marcha del caballo permite fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio y el control del cuerpo. Los pacientes ganan en agilidad y seguridad. Mediante juegos y ejercicios trabajan también la memoria, el lenguaje, la atención y la coordinación. Y alcanzan logros con los que dificílmente habrían podido soñar. Pero los equipos de terapeutas tienen que estar formados por psicólogos, fisioterapeutas y profesores especializados en caballos, cosa que no siempre se cumple. Por eso, los profesionales piden una legislación que regule la actividad y evite el intrusismo.