El enigma Cospedal

El presidente le ha dado a elegir. Le cuesta dejar Castilla-La Mancha pero su entorno le aconseja trasladarse a Madrid

María Dolores de Cospedal, en un acto celebrado en Valladolid el pasado viernes F.J. DE LAS HERAS

MAYTE ALCARAZ

Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal tenían pensado hablar esta semana. Hasta que el desafío independentista catalán lo paralizó todo el pasado martes. El presidente, cuentan en su entorno, había puesto en las manos de su colaboradora la última palabra sobre el futuro. Fue en un reciente aperitivo degustado por ambos en las proximidades de Génova. «María Dolores sigue contando con toda mi confianza. No me ha defraudado nunca. Ella decidirá si quiere quedarse en Castilla-La Mancha o ir en la lista a las generales», le contó el «jefe» a un miembro de su equipo. Por ello, solo hacía falta fijar un momento para que los números uno y dos del partido hablaran sobre los planes de la expresidenta castellano-manchega.

Rajoy quería resolver ya el «expediente Cospedal», como lo llaman en Génova, enigma que tanto morbo despierta entre las filas de su partido. Quizá porque, como apuntan sus adversarios, «no ha generado demasiadas simpatías» entre los fontaneros de la casa. Aunque otros defienden su trabajo «en soledad, dando la cara en asuntos tan turbios como el de Bárcenas , mientras algunos antiguos amigos del tesorero se escondían». Nadie como Cospedal para levantar aplausos y abucheos en idéntica proporción.

Nadie como Cospedal para levantar aplausos y abucheos en idéntica proporción

Sin embargo, la entrevista no pudo celebrarse. O no como ellos habían planeado. La resolución de los grupos secesionistas en el Parlamento catalán obligó a que ese encuentro, pero en otro formato, se celebrara el viernes por la tarde: en lugar de privada, la reunión fue tan publicada como el resto de visitas a Moncloa de los líderes de la oposición. No fue más que una foto. Pero para muchos de los que en su partido daban por «amortizada» a la secretaria general, la imagen no pasó inadvertida. «Puede -interpreta un veterano dirigente- que el nuevo equipo sea el que mande, pero ella sigue siendo quien ostenta la responsabilidad orgánica . Y Rajoy eso siempre lo tiene muy en cuenta». No obstante, salvo sus fieles, los demás en el PP se siguen preguntando por su paradero en el día a día. «¿Qué hace?», preguntan a ABC dirigentes a los que el periódico acude precisamente para hallar respuesta a esa misma cuestión.

Presencia testimonial

Las opiniones son irreconciliables: algunos la dibujan «muy relajada» y «de mejor humor» desde que Jorge Moragas , jefe de la campaña a las generales , se ha hecho con el control del aparato; otros la describen deprimida e incapaz de asumir «que perdiera el poder interno a la vez que se quedaba sin la presidencia autonómica». Lo cierto es que su protagonismo en las últimas semanas ha quedado reducido a una presencia testimonial en el Comité de Dirección de los lunes, que preside Rajoy, y a la asistencia a algunos actos orgánicos de índole territorial.

El PP tiene medio mes de plazo para hacer públicas sus candidaturas

Desde hace un par de semanas, el líder popular le ha encargado que, junto al vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo, hable con los responsables territoriales para preparar las listas, que deberán contar con el visto bueno de Rajoy . Y antes, ser cribadas por Moragas. Un dirigente autonómico confirma a ABC la llamada de la secretaria general: «María Dolores está hablando con todos nosotros para intentar llegar a acuerdos previos sobre los nombres». El PP tiene medio mes de plazo para hacer públicas sus candidaturas.

Sigue siendo jefa de la oposición en la Cámara castellano-manchega y la gran cuestión es si se quedará allí. Despejada por Rajoy la incógnita de quién compartirá con él el «tícket» en Madrid -el presidente dio por sentado esta semana en la Ser que repetirá Soraya Sáenz de Santamaría-, Cospedal podría encabezar la candidatura por Toledo o por Albacete, su cuna familiar. Su entorno le aconseja ser diputada nacional. Lo que nadie discute es que seguirá siendo secretaria general hasta el Congreso. «María Dolores quiere cerrar sin sobresaltos -apuntan en Génova- el ciclo de ocho años al frente del partido. Cree que se lo merece». Rajoy está de acuerdo y ve innecesario hacer un cambio tan sensible para tan poco tiempo. Eso sí, ambos tienen clara la entrada de Cospedal -esta vez sí- en un hipotético futuro gobierno de España, si lo preside Rajoy. Esas fuentes reconocen que en caso de batacazo, «la situación en el partido sería tan convulsa, que cualquier cosa podría ocurrir». En ese escenario, nadie se atreve a afirmar si daría o no la batalla por la sucesión contra su eterna contrincante Sáenz de Santamaría o contra Núñez Feijóo. «Por si acaso, sigue en la retaguardia» , sostienen.

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