«Encarcelado» en el paraíso en plena pandemia de coronavirus: «Estamos desesperados»

Un español atrapado en un pequeño pueblo del caribe colombiano lanza una llamada de auxilio y denuncia sentirse «abandonado» por el Gobierno

Vídeo remitido por Roberto Blach a ABC para pedir auxilio y poder salir del pequeño pueblo donde está varado ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Sapzurro es un pequeño pueblo colombiano que responde a la definición de paraíso. Está en la frontera con Panamá y las playas que se ven en fotos son la típica estampa caribeña. Es el sitio donde todo el mundo querría pasar unas vacaciones . La cosa cambia cuando estás allí atrapado y el planeta vive en alerta por culpa del coronavirus. Cuando no puedes salir, Sapzurro se convierte en un pueblo de 420 habitantes, con calles sin asfaltar, donde no hay hospital, cajeros ni farmacias y donde cosas tan mundanas como tener un bote de pimienta para cocinar representan una utopía. Es decir, un infierno. Y en medio de ese infierno están Roberto Blach y su novia, a los que la pandemia les sorprendió allí visitando al padre de él y convirtió lo que iban a ser dos semanas de ensueño en dos meses de pesadilla.

Son las siete de la mañana y Roberto descuelga el teléfono. «Ayer fue un día muy malo», confiesa el joven, que centra sus esfuerzos en salir de aquel pueblo a toda costa. «Lo tenemos que conseguir de una forma u otra, pero no es tan fácil, ya que el control lo tienen los militares. Si fuera la policía, intentaría escaparme, pero es que estos llevan fusiles », explica a ABC nada más despertar. Su día a día, especialmente en las últimas jornadas, es una concatenación de llamadas. Primero al consulado, luego a la embajada, después a amigos colombianos, otra vez al consulado, acto seguido a políticos de la región, luego otra vez a la embajada, al consulado…

«Despesperados»

«Estamos desesperados», repite una y otra vez este hombre, que insiste en que no quieren que las autoridades les lleven de vuelta a España inmediatamente, sino simplemente que les permitan llegar hasta Medellín. «Allí nos quedaremos en casa de un amigo, pero es que parece que no se dan cuenta de que no podemos seguir aquí, que ya hemos gastado todo el dinero que trajimos y que no hay cajeros ni farmacias», describe Blach, que tiene todo listo, menos un papel que nunca llega, para poder salir de su paradisíaca prisión.

Una de las calles de Sazpzurro (Colombia) ABC

La ruta está clara. En Sapzurro, su novia y él deben subirse a un pequeño barco para cruzar el golfo de Urabá y llegar hasta la localidad de Turbo, en la provincia de Antioquia . «Tuvimos que pedir dinero a un amigo para los billetes y también tenemos permiso de las autoridades para entrar en Turbo, pero las autoridades de Acandí no nos dejan salir de Sapzurro, nos dicen que tenemos que tener un salvoconducto del consulado o la embajada en el que diga que estamos de camino a Medellín para poder salir», relata Roberto, que ya no sabe qué más hacer.

«No podemos más aquí»

«Les digo que no podemos estar más aquí, que no tenemos dinero y nos dicen que no pueden ayudarnos . El tiempo se acaba y no entienden que donde estamos no hay ni un sitio para sacar dinero», critica Roberto, quien asegura que lleva llamando todo este mes al consulado español: «Pero se lavan las manos. Ahora mismo somos la pelota que se pasan unos a otros».

Fuentes diplomáticas consultadas por este diario confirman que conocen el caso de Roberto, pero admiten que la solución es compleja. Especifican que las restricciones decretadas en Colombia son muy rígidas y que las autoridades de este país no permiten que nadie se mueva entre territorios . En este sentido, lamentan que ni el consulado ni la embajada tengan competencias para otorgar esos permisos de tránsito que necesita este español varado.

Roberto denuncia que las autoridades no e permiten viajar desde Sapzurro hasta Medellín ABC

La única forma en la que podría obtener este salvoconducto sería si fuera a viajar a bordo de algún avión que le repatriara a España. En estos casos, las autoridades diplomáticas sí podrían facilitarle un permiso de tránsito para poder llegar hasta el aeropuerto aunque, según han confirmado las fuentes consultadas, no están previstas más expediciones de este tipo en el corto plazo.

«Es muy duro»

Ante esta situación, Roberto manifiesta que se siente «abandonado» por las autoridades españolas. «Es frustrante que nuestro Gobierno o nuestro consulado, los encargados de ayudarnos, nos estén dejando varados», denuncia este hombre, que, como admite, está junto a su pareja alojado en casa de su padre, que vive allí desde hace 15 años. «Si no, estaríamos durmiendo en la calle porque aquí no hay nada. Él tiene una pensión, pero no supone dinero suficiente como para mantenernos», clama Roberto, que vuelve a repetir que lo único que piden es «poder llegar a una ciudad donde poder coger algo de dinero».

«Es muy duro que haya que recurrir a estas formas para que te hagan caso», reconoce Roberto, quien considera que no hay otra forma de conseguir un poco de atención por parte de las autoridades que haciendo pública su situación. Se siente «abandonado» por su país en un lugar recóndito donde, como expone, no hay energía eléctrica por la noche y el agua está racionada a dos horas al día. Va a ser verdad el mantra: nadie va a quedar atrás en esta crisis. Salvo que no te vean, claro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación