Las elecciones andaluzas, un test para las generales
Sánchez y Casado medirán por primera vez sus fuerzas en unas elecciones, el próximo 2 de diciembre
Las elecciones autonómicas andaluzas, adelantadas al 2 de diciembre , tendrán un claro componente nacional. Será la primera vez que midan sus fuerzas en unas elecciones Pedro Sánchez y Pablo Casado , y servirá a los cuatro grandes partidos nacionales, PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos, para testar su tirón electoral ante unos posibles comicios generales.
En el Partido Popular no quieren ni oír hablar de un «primer examen» de Pablo Casado , en Andalucía. El líder del PP fue elegido en el congreso nacional de su partido hace hoy 80 días. En su equipo aseguran que «no se le puede pedir un examen» nada más llegar. En realidad, los populares fijan en las elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene el primer gran test nacional de Casado, a no ser que se convoquen antes las generales.
El PP estaba listo para el adelanto electoral de Andalucía. Su candidato, Juan Manuel Moreno , ya estaba en campaña desde hacía meses, lo mismo que Pablo Casado desde el pasado mes de agosto. El PP tiene designados a sus candidatos andaluces para las municipales. No obstante, en el entorno de Casado se recuerda que Casado ha respetado la candidatura de Moreno, pero no lo ha designado él. Los populares marcan así distancias ante el posible resultado que pueda obtener el 2 de diciembre.
En las filas populares están convencidos de que «la ilusión que ha generado la elección de Pablo Casado » como presidente del PP seguirá impulsando al partido. «En junio estábamos hundidos, pero estamos recuperando. Andalucía puede ayudar en ese impulso, pero el verdadero primer examen será en las municipales y autonómicas de mayo».
Primer test para Sánchez
Con el adelanto andaluz el PSOE testará por primera vez su fuerza electoral con Pedro Sánchez en La Moncloa . En Ferraz se considera que del ciclo electoral que se abre estos comicios son los más sencillos en términos de imagen para el presidente del Gobierno. «Es en lo que menos se juega» , reflexiona un dirigente. Y es que el PSOE andaluz es en sí una maquinaria propia, y Díaz pondrá en práctica un discurso y un estilo genuinos. «Para bien o para mal todo será más imputable a su figura que a la de Pedro, y eso no pasaría en otros comicios», argumenta un miembro de la dirección que, no obstante sí reconoce que el secretario general tendrá que asumir como propio lo que suceda en Andalucía. Y que perder el Gobierno andaluz sí sería un shock muy duro para el partido.
En Ferraz se juzga como altamente improbable la posibilidad de abandonar San Telmo, que solo podría suceder si PP y Ciudadanos suman mayoría absoluta. Pero es un escenario que no está en la calculadora de nadie. Lo que sí preocupa más es el escenario a la hora de formar Gobierno. «Ciudadanos teniendo otras elecciones en mayo no va a querer pactar y la relación entre Susana y Teresa es tan mala que va a ser muy difícil», explican fuentes de Ferraz.
En el PSOE ven por tanto que Díaz se juega mucho en esta cita , pero no ven muchos escenarios en los que lo que suceda pueda afectar a la marca en el conjunto de España. «No poder llegar a acuerdos será difícil para ella, pero tendrán que explicarlo Podemos y Ciudadanos», argumentan. Los socialistas creen que lo que verdaderamente se puede dirimir en la batalla andaluza es «el papel de Ciudadanos» para dirimir si el principal rival de Sánchez en las próximas elecciones es Albert Rivera o Pablo Casado.
Rivera busca graduarse
Las elecciones andaluzas serán la verdadera prueba de fuego para Ciudadanos en su aspiración a crecer como gran partido nacional. Tras ganar Cataluña en las urnas, Albert Rivera busca ampliar conquistas territoriales y necesita que Andalucía ejerza de catapulta para las autonómicas y municipales de mayo de 2019. Ciudadanos se gradúa el 2 de diciembre como aspirante real a gobernar España pero para ello tendrá que superar en votos al PP.
A lomos del desafío independentista, Inés Arrimadas y el propio Rivera cabalgarán por Andalucía para lanzar a su candidato, Juan Marín , y eliminarle el sambenito de haber sido bastón de Susana Díaz estos años . Las encuestas son halagüeñas: han pasado del 9% de los votos al 21 %, empatados con el PP, según señaló Rivera este lunes. «Se respiran aires de cambio y vamos a encabezar esa mayoría», prometió el líder de Cs recordando que su madre es malagueña.
Rivera sale a ganar, pero su objetivo íntimo es vencer al PP de Juanma Moreno y poder sumar para echar al PSOE. «Tenemos que conseguir que la única comunidad autónoma que no ha cambiado de gobierno nunca, cambie», aseguró marcándose un nuevo reto histórico tras ser primera fuerza en Cataluña.
Iglesias buscará frenar a las encuestas
Para Podemos las elecciones andaluzas se interpretan como la constatación real y la respuesta a unas encuestas que vaticinan la debacle del partido desde hace casi un año. Si sale bien, los de Iglesias podrán rescatar las sensaciones que en 2015 y 2016 les llevó a quebrar todos los pronósticos y de las que sacaron el argumento de que la demoscopia no es infalible. Si sale mal, el resultado andaluz puede interpretarse como el comienzo de un descalabro imparable que se extenderá desde las europeas, pasando por la municipales y autonómicas de 2019, hasta las generales.
Pero más allá de la importancia del resultado para frenar el mensaje de que Podemos se desinfla, la formación llega a las elecciones andaluzas en un proceso de obligada reconciliación motivado por la crisis que se produjo hace apenas unos meses entre la secretaria general del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez , y la dirección estatal, liderada por Iglesias.
Ambas direcciones chocaron frontalmente por sus diferentes visisones a la hora de desarrollar las alianzas con otras fuerzas políticas –como Izquierda Unida– y por el nombre que darían a la confluencia. Mientras Rodríguez defendía celebrar unas elecciones primarias conjuntas con el resto de fuerzas y restar valor a la marca Podemos para favorecer al espacio de «Adelante Andalucía», la dirección estatal quería celebrar unas primarias propias para luego negociar los puestos de salida de las listas con los otros partidos y movimientos, y que Podemos apareciese como la marca imperante en la papeleta. Ambos cedieron en algunas cuestiones, pero la marca finalmente será la defendida por Rodríguez.
Sin embargo, Iglesias es consciente de la importancia de Andalucía. Por eso, en la dirección estatal dan por zanjada cualquier polémica con Rodríguez y su equipo y saben que necesitan unidad para competir en un territorio donde el PSOE tiene la hegemonía de la izquierda.
Noticias relacionadas