El Ejecutivo pasa el Rubicón con los decretos de comodín

Doce textos legales ha impulsado el Gobierno, pero ninguna gran ley

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, en el Pleno del pasado 15 de diciembre JAIME GARCÍA
Ana I. Sánchez

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La actividad parlamentaria de estos primeros cien días de Gobierno arroja una conclusión: el Ejecutivo ha logrado desarrollar, con su mayoría minoritaria , una acción legislativa similar a la que llevó a cabo en el arranque del mandato de Mariano Rajoy. Los mismos proyectos de ley presentados y ocho reales decretos-leyes convalidados, contra once en la legislatura anterior, avalan la eficacia de la «legislatura del diálogo».

Pero tras el número aparece una diferencia sustancial. Tres de los cuatro proyectos de ley que ha recibido el Congreso en esta legislatura son trasposiciones de directivas europeas. El otro es un texto técnico sobre precursores de explosivos. El Gobierno aún no ha querido, o no ha conseguido, apoyos para presentar leyes propias . El camino que ha escogido es el de gobernar con reales decretos-leyes, de aprobación más rápida, y que cierran el paso a la negociación en el Congreso. No en vano, esta herramienta legislativa no contiene trámite de enmiendas, lo que evita que el texto pueda ser desnaturalizado por la oposición.

En manos del PSOE

En esta estrategia de legislar «por la vía rápida» el PSOE se ha convertido en el socio de facto. Tanto que, por ejemplo, el expresidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero , había aprobado tres iniciativas menos en los primeros cien días de Gobierno de su segunda legislatura, a pesar de contar con una «geometría variable» favorable. Pero, a diferencia de entonces, la geometría que tiene que trazar hoy el Ejecutivo popular para aprobar una ley pasa por incluir al primer partido de la oposición en uno de los vértices. Los antiguos aliados parlamentarios del Gobierno no responden. «El PNV, por mucho que dice, intenta no mojarse absolutamente nada y con el PdeCat no podemos contar porque no quiere que contemos en nada con él», lamenta el portavoz parlamentario popular, Rafael Hernando, para ilustrar la complejidad de la situación.

En este contexto, el retorno de Pedro Sánchez es una gran nube negra que amenaza el horizonte de la legislatura. Con él al frente del PSOE, el Gobierno tiene el «no a todo» asegurado, y sin capacidad para aprobar leyes no hay Ejecutivo que no dé por concluida la legislatura

De momento, el Gobierno se centra en el ahora y planea seguir avanzando con reales decretos. Pero ningún Ejecutivo puede sustentar en ellos la acción de la legislatura. Hay proyectos, como los Presupuestos , que solo pueden aprobarse como leyes, y aquí se abre la gran incógnita que rodea a la legislatura actual: ¿cuál será la posición del PSOE ante las leyes que tendrá que llevar el Gobierno a la Cámara Baja? Solo su nuevo secretario general podrá responder esta pregunta y desvelar si la esperada «legislatura del diálogo» tiene un final anticipado.

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