Dolores Delgado frustra la posible filtración de la tercera investigación a Don Juan Carlos
Escenifica la paz con Anticorrupción al integrar a Luzón en las diligencias del Supremo
Una detonación controlada y la escenificación de la unidad. Así puede resumirse el encuentro informal que la fiscal general del Estado, Dolores Delgado , y el fiscal-jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón , mantuvieron ayer con una veintena de medios de comunicación. Como telón de fondo, una semana de acusaciones veladas entre el departamento que dirige la exministra de Justicia y el de la lucha contra la criminalidad con motivo de la filtración, la semana pasada, de una nueva investigación a Don Juan Carlos por un presunto blanqueo de capitales.
Pese a haber acordado una prórroga para que Anticorrupción siguiera investigando, la fuga de datos en torno a estas diligencias —cuyo contenido avanzó un diario digital— provocó que Delgado las pusiera en manos del Supremo en un movimiento que causó un profundo malestar en Anticorrupción . Los de Luzón atribuían la filtración a la Fiscalía General y la Fiscalía General, a los de Luzón.
Ante esta tesitura, y la sospecha de que esto volviera a suceder, Delgado optó ayer por detonar de forma controlada, y ante la prensa, la bomba de una tercera investigación a Don Juan Carlos, pese a reconocer que se trata de unas diligencias que se encuentran en estado «embrionario» . Pocos detalles dieron Delgado y Luzón sobre estas nuevas pesquisas, más allá de que la información llegó a Anticorrupción por parte de inteligencia financiera, el Sepblac, lo que conduce inexorablemente a otro presunto blanqueo, como reconoció el propio Luzón. Su Fiscalía ni siquiera había incoado diligencias de investigación (el paso previo a la judicilización de la causa), lo que hará ya directamente la Fiscalía del Supremo.
Luzón, al Supremo
El segundo mensaje de Delgado, relacionado con el anterior pero más dirigido a aquéllos que han puesto en el punto de mira las maltrechas relaciones de la fiscal general con Anticorrupción, fue el anuncio de que a partir de este momento Luzón se incorporará al equipo de fiscales del Supremo que dirige tanto la investigación a Don Juan Carlos por el presunto uso de tarjetas opacas como la tercera investigación que trascendió ayer.
En ambas llevará la batuta el fiscal de Sala de Delitos Económicos Juan Ignacio Campos. Delgado justificó la integración de Luzón en ese equipo en su categoría de fiscal de Sala (la máxima de la carrera), en su experiencia y conocimiento sobre la causa, que sus subordinados llevaban investigando un año y medio y en razones de operatividad, pues la Fiscalía Anticorrupción cuenta con unidades adscritas (peritos de la Agencia Tributaria o de la Intervención General del Estado) que pueden agilizar el trabajo de los fiscales en el Alto Tribunal.
No es la primera vez que el jefe de la Fiscalía Anticorrupción se incorpora a una investigación en el Tribunal Supremo, recordó Delgado. Existe el precedente del caso Estevill , para el que se contó con el entonces fiscal-jefe de Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo.
La tercera línea de investigación que Delgado anunció ayer se une a las otras dos ya abiertas a Don Juan Carlos: la primera, por posibles comisiones procedentes del AVE a La Meca, previsiblemente será archivada antes de final de año con respecto al anterior monarca, pues gozaba de inviolabilidad en las fechas examinadas. No así respecto a los demás investigados, para los que estas diligencias de investigación siguen adelante de nuevo en la Fiscalía Anticorrupción, donde empezó todo. Esto no supone ningún impedimento respecto al informe de la Fiscalía relativo a Don Juan Carlos, cuyas conductas son escindibles del resto.
«Muy avanzadas»
Las segundas diligencias abiertas, las desveladas la semana pasada, son las relativas a los pagos con una tarjeta de crédito de los que se podrían haber beneficiado Juan Carlos I y otros miembros de su familia sin ser titulares de la cuenta asociada a este medio de pago. Delgado y Luzón no han querido hablar de ellas más que para decir el segundo que «están muy avanzadas» y que el propio Luzón se incorpora a esta investigación.
Al iniciar su intervención Delgado se deshizo en elogios hacia la Fiscalía Anticorrupción, órgano que ha sido siempre «una bandera de la Fiscalía española» y un ejemplo que se ha exportado a otros países del mundo. Pero, a modo de advertencia, lanzaba un mensaje claro: «Fiscalía sólo hay una (la que ella dirige), y todos los fiscales pertenecen a la misma institución».
Delgado se comprometió a «reforzar y amparar» a todos los fiscales que en el ejercicio diario de sus funciones se ven expuestos a algo más que a la crítica y que son objeto de querellas y denuncias «rechazadas sistemáticamente por los tribunales»: desde la Fiscalía General se les amparará en el ejercicio de acciones en defensa de su honor.
También se refirió a las filtraciones, respecto a las que la Fiscalía General «no puede permanecer pasiva cuando se producen» , por lo que abogó por activar los mecanismos internos del Ministerio Público cuando se producen comportamientos «que pueden ser objeto de sanción disciplinaria o, incluso, constituir ilícitos de naturaleza penal».
Sobre la sala en la que se produjo el encuentro sobrevolaba la decisión de Delgado de poner a los servicios de Inspección a investigar las condiciones de custodia y acceso a las diligencias relativas a Don Juan Carlos. Cinco días después, tras la información del presunto blanqueo que publicaba un digital, Anticorrupción perdía una investigación de año y medio.
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