Dolores Delgado se enfrenta a su primer Consejo Fiscal tras las mentiras del caso Stampa
La fiscal general afronta esta semana una treintena de nombramientos en medio de un aluvión de críticas por su gestión
Con una reciente condena en costas por haber negado al fiscal Ignacio Stampa el acceso a documentación que le concernía , cuestionada por un posible conflicto de intereses con el despacho de su pareja, Baltasar Garzón , y criticada por su favoritismo hacia la minoritaria Unión Progresista de Fiscales, la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, afronta mañana su primer Consejo Fiscal después de que dos de las tres asociaciones que representan a la carrera hayan pedido su cese.
No es esta una convocatoria cualquiera, porque a la ya de por sí complicada situación de Delgado ante los vocales de la mayoritaria Asociación de Fiscales –tras trascender el correo electrónico que revela que, en contra de lo que dijo, sí intervino en el caso Stampa–, se suma que su actuación respecto a la treintena de plazas de la cúpula fiscal que ahora hay que cubrir se va a mirar con lupa. No en vano el mandato de la fiscal general se está viendo enturbiando también por su afán de tomar la cúpula fiscal, tal y como denuncia la AF, con miembros de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), asociación en la que «militó» activamente antes de ser ministra de Justicia. Aunque los vocales que forman parte del Consejo Fiscal –la AF tiene cinco representantes y la UPF cuatro– tienen algo que decir sobre los candidatos a esas plazas, es Delgado quien tiene la última palabra en su propuesta al Consejo de Ministros.
La Asociación de Fiscales lleva tiempo denunciando que existe una conexión absoluta entre lo que vota la UPFy lo que la fiscal general decide. De hecho, en su primer año de mandato Delgado promovió a la cúpula fiscal –a la Junta de Fiscales, órgano que asesora al fiscal general en asuntos de gran calado– a Álvaro García Ortiz como fiscal-jefe de la Secretaría Técnica, a María Antonia Sanz Gaite como responsable de la Inspección; a Félix Pantoja en Siniestralidad Laboral, a Teresa Peramato en Violencia sobre la Mujer o a Eduardo Esteban como coordinador de Menores. Precisamente en los próximos días la Sala Contencioso del Tribunal Supremo tiene que examinar los recursos que contra este último nombramiento presentaron la Asociación de Fiscales y uno de los aspirantes a ese plaza.
En esta ocasión están en liza nueve jefaturas de fiscalías especializadas, entre ellas las de la Audiencia Nacional, Cooperación Internacional, Seguridad Vial, Delitos Informáticos, Medio Ambiente o Antidroga, y quince en fiscalías provinciales, entre ellas País Vasco, Murcia, La Rioja, Andalucía, Cantabria o Galicia.
Una de las principales incógnitas es si Delgado renovará a dos de los cuatro actuales fiscales jefe que optan a un nuevo mandato: Jesús Alonso en la Audiencia Nacional y Elvira Tejada en Delitos Informáticos.Se da por hecho que Antonio Vercher y José Ramón Noreña no seguirán en Medio Ambiente y Antidroga, respectivamente. El primero porque lleva desde 2006 en un cargo que la fiscal general cree que no debe superar dos mandatos; y el segundo porque, además de que su jubilación le impide cumplir un nuevo mandato, el año pasado se enfrentó a Delgado al tildar de «ilegal» la designación de Javier Zaragoza como fiscal delegado para la lucha contra el blanqueo y narcotráfico en el Campo de Gibraltar, algo que, según manifestó entonces, solapaba sus funciones. Concurren ahora a Antidroga la fiscal progresistas Belén Suárez (caso Pujol) y los no asociados Fernando Prieto y Rosana Morán, fiscal de Sala de Cooperación Internacional y cuyo nombre es el que suena con más fuerza. Respecto a Tejada, no asociada, su experiencia y labor al frente de criminalidad informática es incuestionable, pero lleva en este puesto desde 2011, lo que podría jugar en su contra. De los candidatos que optan a esta plaza solo Ana María Martín de la Escalera, de la UPF, está destinada ahora en esta Fiscalía.
Renovación o cambio
En la Audiencia Nacional Jesús Alonso se enfrentaría a su segundo mandato como fiscal-jefe. Es miembro de la Asociación de Fiscales pero mantiene buena sintonía con la fiscal general desde que ambos coincidieron durante varios años en este órgano. Alonso no ha planteado grandes problemas a Delgado, lo que sumado al hecho de qu e su cambio pueda vincularse a una nueva política penitenciaria respecto a los presos de ETA , podría hacer incluso estratégicamente conveniente su permanencia en ese puesto. Su competidor más claro es José Perals.
Lo que se da por hecho es que la recién nombrada fiscal de Sala de lo Militar Esmeralda Rasillo, directora general de Relaciones con la Administración de Justicia –con Delgado como ministra–, será la elegida para la la Unidad de Apoyo, una pieza importante en el engranaje de la Fiscalía General junto a la Inspección y la Secretaria Técnica, ambas en manos de la UPF. De 2000 a 2011 Rasillo fue miembro de la Secretaría Técnica y fue fiscal de Sala de Cooperación Internacional. Para Extranjería suena con fuerza la actual fiscal de este área Beatriz Sánchez Álvarez, también de la UPF.
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