Al igual que el resto de España, los navarros salieron a las calles para pedir la liberación del concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco, secuestrado por ETA. El entonces presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, el delegado del gobierno,Francisco Javier Ansoategui, la presidenta del Parlamento, Lola Eguren y alcaldes de los principales pueblos de Navarra se concentraron el 11 de julio en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona en protesta por el secuestro del joven edil.. La noticia del asesinato de Miguel Ángel Blanco conmocionó a la ciudad, que en señal de duelo se quitó su pañuelo rojo. La verja del Ayuntamiento de Pamplona se convirtió en un símbolo del dolor. Otras estatuas de Pamplona también se tiñeron de rojo en homenaje a Miguel Ángel Blanco. La corrida de toros se suspendió tras el atentado, así como otros actos de los Sanfermines. En la Plaza de Toros se guardó un minuto de silencio. Un hombre increpaba así a los del tendido de sol que protestaron por la suspensión de la corrida de toros. Hubo enfrentamientos violentos por la suspensión de los actos tras el atentado a Miguel Ángel Blanco.. Choques entre radicales y sanfermineros. Un radical vasco manchado con su propia sangre tras los disturbios aplaudía. Hubo detenciones de radicales. La indignación por la cobarde acción de ETA se vivió con virulencia en las calles de Pamplona. Un manifestante prendió fuego a un periódico Egin.