Una CUP dividida decide por toda Cataluña
El partido antisistema decidirá el domingo en su Consejo Político si inviste a Mas tras la asamblea que acabó en empate a 1.515 votos
Artur Mas no tuvo reparos en aprovechar su tradicional discurso televisivo de Fin de Año para mandar un mensaje a la CUP , que debe decidir si le inviste o no como presidente de la Generalitat. «Queda poco tiempo y poco margen», imploró el «president», quien engrosó el diccionario del proceso soberanista catalán con un nuevo concepto: «El deber de decidir», retruécano del manido «derecho a decidir». Con Mas o sin él, lo cierto es que no queda tiempo para decidir el nuevo presidente de la Generalitat. Si al próximo 10 de enero se llega sin Mas investido, automáticamente se disolverá el Parlamento y quedarán convocadas nuevas elecciones autonómicas catalanas. Las cuartas en cinco años. Porque se habrá cumplido el plazo de dos meses desde la primera votación del primer intento de investidura de Mas, fallido por el no de la CUP.
Tras el fiasco de su asamblea «nacional» -el máximo órgano decisorio del partido- del pasado 27 de diciembre, saldada con un insólito empate a 1.515 votos de sus militantes y simpatizantes a favor y en contra de investir a Mas, la CUP se emplaza al próximo domingo para decidirse. Ese día se reunirá -en Barcelona- su Consejo Político y su Grupo de Acción Parlamentaria (GAP) para pronunciarse sobre el futuro de Mas, de la Generalitat y por ende de todos los catalanes, independentistas o no. Serán 68 personas las que finalmente tomen la decisión. Un partido en el que todos están divididos en torno al dilema de sí o no a Mas.
Asambleas locales y territoriales en dilema
El Consejo Político de la CUP que decidirá sobre Mas está formado por 57 miembros. Son representantes de las 13 asambleas territoriales del partido que a su vez representan a las 155 asambleas locales de la formación, entre las que se incluyen las del «País Valencià», Baleares o Cataluña Norte (Perpiñán), por aquello de los «Paísses Catalanes» que reivindica el partido. Desde anteayer, las asambleas están debatiendo su postura, pero el precedente más cercano que hay invita a pensar en que el acuerdo será difícil . Fue a raíz del debate nacional que la CUP celebró en Manresa el pasado 29 de noviembre para decidir cómo afrontaban las negociaciones con Junts pel Sí (Convergència + ERC). Entonces, tres asambleas territoriales se inclinaron por propiciar la reelección de Mas, seis rechazaron la propuesta de plano y hasta cuatro emplazaron a la dirección del partido a seguir negociando e intentar -sin suerte- que Junts pel Sí se aviniera a proponer un candidato alternativo a Mas. Como Neus Munté o Raül Romeva.
Un GAP dividido con once votos en sus manos
Junto a los 57 miembros del Consejo Político, en el cónclave del domingo participarán y votarán los once representantes de otras tantas formaciones que son externas a la CUP pero que están vinculadas a ella y concurren juntas a las elecciones. Son Poble Lliure, Endavant OSAN, Arran, Corrent Roig y así hasta once. Y entre ellas, tampoco hay un criterio común a la hora de abordar el futuro de Artur Mas, aunque son mayoría, ocho, las que se postulan en contra de su investidura. Entre las más beligerantes en contra de renovar a Mas al frente de la Generalitat está Endavant OSAN. Su cara más visible es la diputada Anna Gabriel.
Grupo parlamentario con voces dispares
El grupo parlamentario de la CUP surgido de las elecciones autonómicas del pasado 27 de septiembre está integrado por diez miembros. Y entre ellos tampoco hay consenso sobre la investidura de Mas. En el lado del sí se hallan el cabeza de cartel por Barcelona, Antonio Baños, Sergi Saladié, Albert Botran y Julià de Jódar. En las filas del no, se cuentan Anna Gabriel, Josep Manel Busqueta y el abogado Benet Salellas. Los otros tres se ubican en un bloque de indecisos, ya que no se han pronunciado públicamente en ningún sentido. Son Ramon Usall, Eulàlia reguant y Gabriela Serra.
La disparidad de voces en el seno del grupo parlamentario es sinécdoque de que le sucede a todo el partido. Con todo, es de reseñar que ninguno de los diez diputados, según establecen los estatutos de la CUP, tendrá voto en la deliberación del Consejo Político y el GAP de domingo, aunque estarán presentes y tendrán voz.
Dos escenarios a votación... o alguno más
Tras dos noches consecutivas de reuniones, el Secretariado Nacional de la CUP -un trasunto de ejecutiva pero sin capacidad decisoria ni voto en el Consejo Político- y sus diez diputados dieron con una propuesta para someter al debate de su militancia. Dos escenarios posibles a considerar y votar en sus asambleas territoriales y de ahí al Consejo Político y el GAP. en todo el proceso, a diferencia de lo ocurrido en la asamblea del pasado domingo, no votarán los simpatizantes.
Un escenario daría como resultado que Artur Mas no fuera investido. Se concretaría en que los diez diputados «cuperos» se abstuvieran en bloque en su investidura -prevista, si la hay, para la semana que viene- o bien se dividieran en cinco votos a favor y cinco en contra, como ya avanzó ABC. En este último caso, Mas se quedaría a un solo voto de ser «president» en las dos tandas de votaciones previstas para la investidura, el 5 y el 7 de enero. A menos, claro, que otro partido le invista con dos abstenciones o un voto a favor en la segunda vuelta, donde se exige más votos a favor que en contra y no una mayoría absoluta, como en la primera. Algo poco probable si no median accidentes.
Empate final
El otro escenario planteado por el Secretariado es que dos de sus diputados den el sí a Mas y los otros ocho voten en contra. De resultas, Mas sería ungido presidente pero debería esperar a la segunda votación, la del 7 de enero. Pero eso no es todo. El partido contempla que las asambleas sugieran otros escenarios que podrían orillar en la mesa del Consejo Político y el GAP del próximo domingo. Los escenarios, los que sean, se votarán en hasta tres rondas , para dar con uno que tenga el aval de la mayoría. Puede haber empate a 34. Luego, se decidiría cómo se desbloquea. La agonía de Mas y Cataluña, se puede prolongar así hasta el límite.