El CNI solo acredita el espionaje a Aragonès y 17 independentistas

La directora del Centro Nacional de Inteligencia asegura que contaba con autorización judicial para realizar las escuchas

No explica si se usó Pegasus para investigar a otros 45 secesionistas catalanes, como asegura el Citizen Lab

La directora del CNI, Paz Esteban, junto a Rafael Simancas a su llegada a la comisión de secretos oficiales José Ramón Ladra / Vídeo: EP

Mariano Alonso

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Sí se espió a dirigentes independentistas del más alto nivel, y se hizo con autorización judicial. Al menos en 18 casos de los 63 de los que hablaba la investigación de Citizen Lab publicada por New Yorker por la que el separatismo lleva semanas poniendo el grito en el cielo. Y un detalle más, no menor, que entre esos dirigentes escuchados estuvo el hoy presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

Es la síntesis de lo que dio de sí ayer la primera reunión en tres años de la comisión de secretos oficiales y gastos reservados , que contó con una invitada de excepción: la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban . Llegó puntual, minutos antes de las nueve de la mañana, con una mascarilla oscura y acompañada del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, quien la acompañó a la sala Mariana Pineda, en la solemne zona de palacio del Congreso de los Diputados. Sin decir palabra alguna, sorteó a una nube de periodistas y esperó a los miembros del órgano parlamentario, entre los que por primera vez se sientan diputados de Bildu o de la izquierda antisistema de la CUP, además de los portavoces parlamentarios de los grandes grupos. Todos ellos tuvieron que dejar sus teléfonos móviles en una taquilla habilitada al efecto para una comparecencia a puerta cerrada en la que se les enseñaron documentos de los servicios de inteligencia, que no pudieron fotografiar, pero de los que sí que pudieron tomar notas, además de interpelar a la propia Esteban, que durante casi cuatro horas dio explicaciones y contestó a las preguntas de los parlamentarios.

A la salida de la reunión había dos bandos claros, el de los que salían plenamente satisfechos de las explicaciones recibidas -como era el caso de los portavoces Héctor Gómez (PSOE), Cuca Gamarra (PP), Iván Espinosa de los Monteros (Vox) y Edmundo Bal (Cs)-, y el de quienes, por el contrario, encontraban lo expuesto y mostrado en documentos por Esteban claramente insuficiente. Entre ellos el portavoz del PNV, Aitor Esteban , que escuetamente señaló a la salida que «aún queda mucha tela por cortar» y el resto de diputados independentistas, como los portavoces Gabriel Rufián (ERC), Míriam Nogueras (Junts), Mertxe Aizpurua (Bildu) y por último, aunque obviamente no menos importante, el de Unidas Podemos, Pablo Echenique .

Las fuentes consultadas de uno u otro grupo sobre lo ocurrido en el interior de la comisión, aun con la debida reserva sobre el contenido de lo allí expuesto, distaban tanto como la noche y el día. Si desde el lado de la oposición de centro-derecha y el PSOE, en este caso unidos, se vio a una acreditada profesional con una amplia trayectoria en los servicios secretos que expuso con claridad la cuestión y que, en contra de lo que alguien pudiera maliciarse, sí compartió importantes secretos sobre la seguridad del Estado; desde el lado de los independentistas y las formaciones a la izquierda del PSOE solo se acumulaba enfado e indignación por lo que consideran la constatación de «un escándalo mayúsculo». Tanto, que fuentes de esas formaciones aseguran que no hay razón para que nada de lo dicho y mostrado por la máxima responsable del CNI a puerta cerrada y con compromiso de confidencialidad no pueda ser conocido por la opinión pública.

Rufián, el primero que abandonó la comisión para no faltar a una cita en directo con la televisión pública de Cataluña, habló después para todos los informadores y dejó una frase que resume bien el sentir de estos partidos: «Ha sido una comisión de secretos en la que no ha habido secretos, ni oficiales ni extraoficiales» . Fuentes próximas a otros partidos separatistas afirmaban, incluso, que «el CNI y el Ministerio de Defensa es solo la punta del iceberg» de un «escándalo» mucho mayor.

La directora de los servicios secretos n o abordó el caso del espionaje a través del sistema Pegasus de los teléfonos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la titular de Defensa, Margarita Robles, entre mayo y junio del año pasado . Una información desvelada esta misma semana por el Gobierno y que está obligando a una revisión a fondo de los móviles de todos y cada uno de los miembros del Consejo de Ministros. Ayer mismo, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmó que había entregado su teléfono el pasado domingo para proceder a esa revisión.

18 de 63

La confirmación de que casi una tercera parte de los señalados por Citizen Lab como espiados sí fue escuchado, con la preceptiva autorización judicial, fue el dato fundamental de la mañana. La incógnita principal estribó en saber si los 45 casos restantes apuntados por esa organización internacional fueron también escuchados y de qué manera , si también a través del mismo sistema Pegasus desarrollado en Israel y utilizado, entre otros, por Marruecos, un extremo que la responsable del CNI no llegó a confirmar durante su comparecencia.

Rufián, sin duda el más locuaz de los miembros de la comisión de secretos, trazó dos hipótesis sobre lo sucedido en base a lo que había escuchado a Paz Esteban. La primera, dijo, que fuese cosa de «naciones extranjeras» y otra «organismos del Estado que también tuviesen capacidad de espionaje, concretamente con un programa parásito como Pegasus». A su juicio, ambas posibilidades serían «malas». La segunda porque supondría que se ha «espiado a gente por sus ideas» y la primera, dijo el dirigente separatista, porque significaría «un terrible agujero en la seguridad nacional».

Los dirigentes independentistas volvieron a reclamar una comisión de investigación parlamentaria sobre el caso, posibilidad que han rechazado esta misma semana haciendo valer su mayoría, tanto el PSOE como los grupos de PP, Vox y Ciudadanos. Aunque Pedro Sánchez sí que tendrá que comparecer en el pleno del Congreso para dar explicaciones.

Precisamente la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra , en su rueda de prensa de ayer después de la reunión de la comisión de secretos, y tras asegurar que Paz Esteban «ha despejado cualquier incógnita» y que las explicaciones de la directora del CNI son, afirmó, «más que suficientes», apuntó a que ahora es Sánchez el que debe dar explicaciones sobre su responsabilidad, al margen de la labor de los servicios de inteligencia, sobre «las comunicaciones del Gobierno». Más aún, enfatizó, tratándose de algo que el propio Ejecutivo «hizo público».

Si en alguien causó buena impresión la máxima responsable del CNI fue, paradójicamente o no, en los partidos que ejercen la oposición al Gobierno del que forma parte Esteban con rango de secretaria de Estado. Los representantes de PP, Vox y Ciudadanos elogian la calidad técnica de su intervención y su «valentía», confirman fuentes de estos partidos. Alguno de ellos le hizo saber incluso lo «gratamente sorprendido» que había quedado de su exposición. Tampoco ocultan las mismas fuentes su preocupación por el hecho de que todo lo relativo a la vulnerabilidad de la seguridad del Estado llegue en un momento, explican, muy delicado para la seguridad en todo el mundo, con la guerra iniciada por el presidente ruso, Vladímir Putin en Ucrania y con nuestro país haciendo de anfitrión de la próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará en Madrid los últimos días del próximo mes de junio.

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