«La diferencia con hace unos años es que ahora falta entusiasmo»
El ujier del Congreso, Juan Luis Herraiz es de los pocos personajes anónimos que ha sido testigo directo de los grandes acontecimientos políticos de la democracia
Juan Luis Herraiz (16 de mayo de 1947, Cuenca) es de los pocos personajes anónimos que ha sido testigo directo de los grandes acontecimientos políticos de la democracia. Desde su puesto en el Cuerpo de Ujieres del Congreso de los Diputados como supervisor de mantenimiento estuvo presente durante la coronación de Juan Carlos I, la aprobación de la Constitución de 1978, la intentona golpista del 23 de febrero de 1981 y la coronación de Felipe VI. Ahora, cuando la Carta Magna cumple 38 años, apunta desde su óptica privilegiada una gran carencia en las Cortes actuales frente a las de 1978: la falta de entusiasmo.
Antes a nadie se le ocurría faltar a la conmemoración de la Constitución.
No, no, venían representantes de todos los estamentos. El Palacio acogía a todo el mundo y hubo años en que había problemas muy serios de aforo. Si la normativa de prevención de riesgos laborales dice que el aforo es de 600 o 700 personas aquí venían más de 1.000.
¿Se saltaron la normativa?
Entonces no era tan estricta como ahora.
¿Y si hubiera habido algún incidente?
Si hubiera habido que evacuar corriendo, el espacio hubiese sido muy escaso. Hubo que tomar medidas. Las puertas de entrada al hemiciclo eran una especie de molino y las cambiamos por unas de apertura ordinaria. Y las Puertas de los Leones se abrían hacia dentro y tuvimos que poner un sistema antipánico con apertura hacia el exterior para salir fácilmente...
Ahora no hay tanto interés en celebrar la Constitución. ¿Cuándo comenzó a cambiar?
A partir de los últimos ocho años hacia aquí.
También ha cambiado la imagen de los políticos. Los diputados se quejan de que incluso los ujieres no les tratan con el mismo respeto.
También son ellos un poquito responsables si no hay disciplina dentro del funcionariado. Yo desde hace 40 años sigo tratándoles con el mismo respeto, con la misma distancia y la misma reverencia.
Pero ¿ha notado que se les trata con menos respeto?
Sí, sí. Echan las manos por encima del hombro a sus señorías y cogen unas confianzas... Como son muy educados no rechazan esas cosas pero creo que sí se deberían rechazar. Y decir: «Mire, usted viene aquí a trabajar, a cumplir unas obligaciones y a mantener una compostura digna para la institución». Pero con el compadreo se van perdiendo los papeles. Antes cuando venía un diputado el ujier que estaba en la puerta se levantaba, ahora no tienes más que fijarte en lo que hace... (no se levanta).
¿Cree que ahora hay ambiente para que se reforme la Constitución?
No, no.
¿Qué cree que les falta?
Un poco más de entusiasmo en cuanto a la institución democrática y creérselo más.
¿Cómo viviría una reforma de la Constitución? Es casi lo único que le falta por ver...
Me pilla ya muy mayor, ya casi con muy poco entusiasmo.
¿También le falta a usted?
Sí, sí, sí. Como ciudadano pienso que se debería cambiar para que encaje mejor en la sociedad pero con la cantidad de partidos que hay ahora, hilvanar todo eso... es complicado. A ver qué pasa de aquí al futuro...