Díaz solo tarda un mes en informar de sus viajes en Falcon mientras Sánchez oculta los suyos desde 2018

Menos de un mes ha tardado la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en responder a una petición de información pública sobre cuántas veces y cuándo ha utilizado vuelos oficiales durante este año. Un ejercicio de transparencia al que está obligada como cargo público, pero que sobre todo deja en muy mal lugar a su socio y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez . El mismo que, desde que llegó a La Moncloa hace tres años y medio, se niega a ofrecer el más mínimo detalle de sus continuos y polémicos viajes en el avión Falcon o el helicóptero Super Puma (ambos del Ejército) para actos totalmente ajenos a la agenda oficial, como irse de concierto con su mujer a Benicasim o a la boda de su cuñado en La Rioja.

La vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos recibió esa solicitud a través del Portal de Transparencia el pasado 19 de octubre. En menos de un mes, el gabinete de la vicepresidenta segunda respondía el 18 de noviembre con un documento público que ayer adelantó el periódico digital 'El Independiente'. Ese escrito detalla hasta ocho viajes desde mediados de junio, cuando Díaz fue elevada a 'número tres' del Gobierno tras la remodelación de ministerios que llevó a cabo Sánchez y ya con Pablo Iglesias desaparecido de la escena política.

A diferencia de lo que hace el presidente con los aviones y helicópteros oficiales, la vicepresidenta ha utilizado el Falcon casi siempre para vuelos internacionales y siempre por motivos institucionales . En su respuesta constan seis desplazamientos al extranjero: tres a Italia, dos a Luxemburgo y uno a Portugal. Además, sendos vuelos nacionales a Santander y Barcelona. Y, como detalla las fechas, se pueden contrastar con su agenda institucional, por lo que es fácil comprobar que todos ellos están justificados para acudir a reuniones de ministros europeos, una Cumbre Iberoamericana en Coimbra, un encuentro con el presidente cántabro o una visita con la alcaldesa de Barcelona.

Como no consta ningún concierto con su pareja o boda familiar que ocultar, Yolanda Díaz no ha tenido ningún problema en enumerar y fechar esos desplazamientos. Todo lo contrario que Pedro Sánchez, que lleva desde mediados de 2018 ocultando la misma información que su socia de gobierno no tarda ni un mes en facilitar.

Y, además, Sánchez usa abogados del Estado y gasta fondos públicos para no cumplir las resoluciones del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) que le obligan a publicar esos datos. Como viene informando ABC desde hace meses, Sánchez lleva y recurre ante los tribunales esas resoluciones del CTBG para seguir ocultando dicha información y, como mínimo, retrasarla así todo lo que pueda a costa de los recursos humanos y económicos de la administración pública .

Yolanda Díaz sólo ha necesitado un mes escaso y un simple folio para cumplir con una exigencia básica de transparencia, lo que de paso demuestra que son absurdas e inciertas las "razones de seguridad nacional" que pone como excusa Sánchez para denegar todas las peticiones de información idénticas a las que sí ha atendido su vicepresidenta segunda.