Confiesa haber asfixiado a su tío en Mallorca tras una discusión: «Perdí los nervios»

El presunto homicida, que vivía con la víctima, avisó a la policía local un día después del crimen

Imagen de archivo de una patrulla de la Guardia Civil EFE

Mayte Amorós

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«Perdí los nervios y maté a mi tío». Así ha confesado un hombre de 59 años haber asfixiado a su tío, de 78, con el que convivía en un piso de Inca (Mallorca). Según han explicado fuentes de la Guardia Civil, el presunto homicida se ha entregado esta mañana ante la policía local y ha reconocido que el pasado martes sobre las 10 horas, después de una acalorada discusión, acabó con la vida de su familiar.

La Guardia Civil acudió este miércoles sobre las 8 horas a la calle Jardí de Inca y encontró el cadáver de un hombre, que al parecer llevaba casi 24 horas muerto en el domicilio. En las próximas horas, se practicará la autopsia del anciano, aunque según los primeros datos de la investigación, todo apunta a que el presunto asesino asfixió a su tío, al que cuidaba, durante una pelea. Los agentes del instituto armado se han trasladado a la vivienda para reconstruir, junto con el presunto homicida, este crimen.

Según fuentes cercanas a la familia, el sobrino, al que definen como «muy buena persona», estaba desempleado y vivía desde hace tres meses en Inca con su tío, con el que mantenía una buena relación. «Se hacían compañía», han indicado en declaraciones a ABC estas mismas fuentes, que no se explican «qué ha podido pasar». «La familia está destrozada», subrayaron.

«Esta mañana me ha dicho que ayer, sobre las 10:00 de la mañana, tuvieron una discusión, perdió los nervios y mató a su tío», ha explicado el propietario de la vivienda donde vivían el presunto homicida y su tío, ambos de nacionalidad española, en declaraciones a Última Hora. «Su vivienda es independiente del resto y no hemos oído nada», ha explicado el vecino, que ha añadido que el presunto homicida estuvo en la casa durante un día entero con el cadáver hasta que avisó a la policía. Asimismo, el propietario de la vivienda y otros vecinos aseguran que nunca vieron nada raro: «Los veíamos cuando salían a pasear y parecía que se llevaban bien» .

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