La deslealtad fiscal y el contrabando, a la espera del pacto final con Gibraltar

Evitado el Brexit duro en la frontera, durante los próximos meses el Gobierno español quiere conseguir nuevos avances en esas cuestiones

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Tras el «principio de acuerdo» logrado entre España y Reino Unido para «derribar» la Verja de Gibraltar -colonia británica desde 1713 que queda ahora dentro del espacio Schengen tras el Brexit- el Gobierno español tiene como objetivos arrancar mejoras parciales en otros asuntos que deberán negociarse en los próximos seis meses entre los Veintisiete países de la UE y Reino Unido.

Entre ellas se encuentran cuestiones medioambientales, relativas a los ciudadanos que cada día cruzan la hasta ahora frontera física, sobre transporte e infraestructuras. Pero también algunos asuntos cuyos acuerdos iniciales ya se alcanzaron en cuatro memorandos de entendimiento firmados por el anterior ministro, Josep Borrell . Uno de ellos es el comercio del tabaco, uno de los factores de contrabando y de fricción en la zona del Campo de Gibraltar en la última década.

Diferencial del precio

«Hay un compromiso para reducir aún más el diferencial del precio del tabaco por parte de las autoridades de Gibraltar. Es uno de los asuntos que se quieren abordar», explica una fuente diplomática conocedora al detalle del «principio de acuerdo», alcanzado en la madrugada del jueves y cuyo texto no se dará a conocer públicamente para evitar que estas próximas negociaciones se puedan ver enturbiadas. Eso sí, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya , prevé comparecer a petición propia en el Congreso de los Diputados para explicar las líneas maestras del documento en próximas semanas.

Respecto al precio del tabaco, el memorando de entendimiento dictaminaba que «el Gobierno de Gibraltar [...] se ha comprometido a garantizar que, a fecha 30 de junio de 2020 a más tardar, el diferencial del precio minorista de los productos del tabaco no superará el 32% del último precio español publicado para los mismos productos en la España peninsular y en las Islas Baleares». El objetivo es reducir aún más ese diferencial.

Otro de los asuntos que preocupan a España, y que no se aborda en ese «principio de acuerdo» alcanzado para evitar el Brexit duro a 1 de enero de 2021 y facilitar la fluidez en la frontera, es la cuestión de índole fiscal. Es decir, la competencia desleal que suponen algunos regímenes tributarios existentes en el Peñón tanto para empresas como para individuos particulares. Un hecho que se vio en los últimos años, por ejemplo, con el establecimiento de empresas de juego y apuestas «on line» que luego desempeñaban actividad comercial en el resto de la Península.

Desde España se ve como una cuestión difícil. Al fin y al cabo la armonización fiscal en la propia UE es aún un objetivo inalcanzado. No obstante, «habrá conversaciones para buscar una competencia más leal desde el punto de vista fiscal», apuntan las mismas fuentes.

Da la coincidencia de que el primer acuerdo internacional desde 1713 (Utrecht) que España firmó con Reino Unido sobre Gibraltar fue un Tratado Fiscal, firmado en marzo por ambas partes. «La reducción y eliminación del fraude fiscal y los efectos perjudiciales para la hacienda española derivados de las características del régimen fiscal de Gibraltar; el establecimiento de unas reglas claras para resolver más fácilmente los conflictos de residencia fiscal de las personas físicas; o evitar la utilización de sociedades sujetas al régimen fiscal de Gibraltar por residentes fiscales en España o para la realización de actividades económicas en España», son puntos incluidos en dicho tratado en los que ahora se quiere ahondar. Gibraltar dejaría de ser considerado como uno de los 48 paraísos fiscales reconocidos por la Agencia Tributaria española.

El acuerdo celebrado como «histórico» por el Ministerio de Exteriores también ofrece una nueva realidad de tránsito entre La Línea de la Concepción y Gibraltar que hasta ahora no tenía: «Será como moverse de Cádiz a Málaga. Sin nada. Ni siquiera podemos compararlo con ir de España a Portugal, porque en ese paso aún existen fronteras físicas y garitas», se destaca. Además, las fuentes diplomáticas destacan «la lealtad encontrada por la Junta de Andalucía en esta negociación. Se estuvo muy en contacto».

El «principio de acuerdo» establece el puerto y aeropuerto como la frontera física. En esas infraestructuras agentes de Policía de Gibraltar y españoles con escudo Frontex (Agencia Europea para la Gestión de Fronteras Exteriores) velarían por el tránsito de personas y mercancías procedentes de países de fuera de la UE.

Considerándola una «pretensión irrenunciable», lo cierto es que el Gobierno español aparca en este contexto negociador cualquier pretensión sobre la soberanía. « Boris Johnson y el contexto del Brexit nada tienen que ver con Tony Blair y la opción de la cosoberanía. Yendo por ahí las negociaciones se habrían encallado y tendríamos ahora una frontera dura». El objetivo era impulsar una «zona de prosperidad compartida», aparcando la verdad legal e histórica de que Gibraltar pertenece a España.

Este «principio de acuerdo» deberá ser ratificado en seis meses y tendrá una vigencia posterior de cuatro años.

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