ERC desbarata el consenso de Sánchez: «No repetiremos los errores y estafas del 77»

Los republicanos independentistas reclaman retomar en plena pandemia la mesa de diálogo para resolver el «conflicto político»

El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián Efe

Juan Casillas Bayo y Víctor Ruiz de Almirón

El consenso soñado por Pedro Sánchez para pactar una salida conjunta a la crisis del coronavirus ha saltado por los aires. Después de reunirse telemáticamente con el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián , desde su formación han dejado claro que no podrán contar con ellos para lo que entienden una solución «ultranacionalista» y «recentralizadora». «No repetiremos los errores y estafas del 77», subrayan desde el grupo independentista.

Pero ahí no queda la posición de los republicanos, que también señalan su camino a seguir, la «república», y en plena pandemia y emergencia sanitaria exigen al Gobierno retomar la mesa de diálogo para resolver el «conflicto político» existente, según ellos, entre Cataluña y el resto del Estado.

Al término del encuentro entre Sánchez y Rufián, el más largo hasta ahora en esta ronda de contactos, los republicanos han emitido un contundente comunicado en el que han dejado claro que no van a «blanquear» la gestión del Gobierno, a «repetir los errores y estafas del 77» ni a aceptar «ninguna invasión competencial». Para ERC, la única respuesta posible a la crisis del coronavirus es «lo público, lo público y lo público», que desemboca en «una idea: la república».

Una posición similar a la mantenida por EH Bildu tras el encuentro entre su portavoz en la Cámara Baja, Mertxe Aizpurua , y el presidente. Los herederos de la ilegalizada Batasuna, a quienes Sánchez ha tratado como a un partido más sin objeción alguna, remarán en favor de los «sectores más vulnerables», pero no de «fortalecer el régimen del 78».

Con más de 19.000 muertos ya por el Covid-19 y una emergencia sanitaria sin precedentes, ERC no ve impedimento en reclamar ahora la reactivación de la «mesa de gobiernos» pactada para la investidura de Sánchez con el objetivo de «resolver el conflicto político». Fuentes del Gobierno no ven impedimento en retomarla, pero una vez finalice «esta situación». Una mesa para la que Rufián no ha exigido fecha, porque no son partidarios, dice, «de poner sogas al cuello», pero de la que ha defendido que es «perfectamente compatible hablar de salvar vidas con hablar de política». Su objetivo: que salgan de la cárcel los condenados «injustamente» por sedición y malversación en el juicio del «procés» .

La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero , ha asegurado que no le consta «que se haya producido ligazón entre ambas cuestiones». El Gobierno no quiere arriesgar la posibilidad de presentarse ante la opinión pública como muñidor de la unidad política. Y en estos momentos el Ejecutivo quiere centrarse en poder presentarse así ante la opinión pública: «Lo importante era hablar sobre la capacidad de ir sumando alianzas y acuerdos, por eso agradecemos esa disposición» , ha dicho Montero.

Sobre el planteamiento concreto de la posibilidad de retomar la mesa de diálogo Montero ha querido ganar tiempo, insistiendo en que «da prioridad absoluta a todos los asuntos relacionados con la pandemia». Pero la portavoz ha querido mantener un nexo con los socios del Ejecutivo afirmando que «cuando acabe» la pandemia «tendremos la capacidad de reanudar todos los proyectos políticos, entre ellos las mesas de diálogo, una cuestión no es incompatible con la otra».

Ha insistido en que el Gobierno podrá «retomar las iniciativas políticas planteadas, pero en este momento y hasta ganar la batalla al virus» la portavoz ha dicho que parece «absolutamente razonable que todos los gobiernos» centren toda su energía en la crisis sanitaria.

Sentarse, sí; voluntad de consenso, poca

En rueda de prensa, tras 55 minutos de teleconferencia con el presidente del Gobierno, Rufián ha aclarado que ERC sí se sentará en la «mesa de reconstrucción social y económica» que convocará el Ejecutivo, pero ha mostrado su rechazo a acercar posiciones con la derecha. El consenso, por tanto, se intuye improbable. «Con los amigos de Vox , el PP y Ciudadanos , es difícil», ha comentado en tono irónico, y ha apostado por utilizar ese espacio «con el espíritu de la moción de censura» .

Es decir, Rufián quiere que su partido siga siendo determinante en la gobernabilidad de España y no quiere abrir el abanico de la influencia. Ya expresó ayer el líder de Más País , Íñigo Errejón , que existe una mayoría suficiente en la Cámara Baja para apuntalar las medidas necesarias; la de la investidura de Sánchez. El diputado del BNG , Néstor Rego , también exhibió su desconfianza en un entendimiento con «las derechas».

Sánchez, ahora, tiene sin embargo la opción de mirar hacia Cs, que le ha tendido la mano claramente desde el estallido de la pandemia para hacer frente a la crisis. Los liberales no solo propusieron al presidente un pacto de reconstrucción nacional , que ahora apoyarán si se delimita al terreno económico, sanitario y social, sino que también están dispuestos a respaldar unos eventuales Presupuestos Generales del Estado .

Esto saca a ERC de la ecuación y Rufián es consciente de ello. «Es curioso porque Arrimadas está haciendo todo lo que le pedía Igea que hiciera. El viraje es interesante, veremos si es real. Apartarse del «hooliganismo» del PP y Vox es inteligente. La pregunta es saber cuánto dura», ha expresado el diputado republicano ante preguntas de los medios.

Sin asomo de acercamiento al PP

La compatibilidad con el PP sí parece descartada. «El PP está en contra de ayudar a la gente, históricamente. El espíritu debería ser el de los 180 diputados de la moción de censura, no el de un partido cuya única medida es una corbata negra», ha atacado Rufián, haciendo imposible un encuentro entre fuerzas parlamentarias como el de la Transición. De momento, el líder de la oposición, Pablo Casado , ya ha cerrado una reunión con el jefe del Ejecutivo para el próximo lunes. Habrá que ver entonces hacia dónde sopla el viento.

En la comparecencia de Rufián, como viene siendo habitual desde el inicio de la Operación Balmis , no podía faltar la pulla al Ejército. «Los hospitales de campaña se tienen que montar bajo criterios sanitarios y no militares», ha aseverado, tras comparar la comunicación del Gobierno con «una peli mala americana» y extender la crítica a los independentistas de Junts per Catalunya por criticar el envío de 1,714 millones de mascarillas a Cataluña.

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