Desastrosas consecuencias para los vecinos abulenses
Poco o nada queda ya de la casa de Clemente. Del fuego solo se han librado las paredes de piedra....
Poco o nada queda ya de la casa de Clemente. Del fuego solo se han librado las paredes de piedra. Desde hace 30 años este era su refugio familiar, allí iba los fines de semana. Las llamas han acabado con sus recuerdos. Ernesto, de Navalmoral, ha perdido gran parte de su ganado. Aún con el miedo en el cuerpo nos cuenta cómo fue la noche en la que se provocó el incendio. Gracias a la ayuda de empresarios y vecinos pudo trasladar a sus animales y conseguir paja y alimento para ellos. La solidaridad de César, el dueño la panadería de El Barraco, llegó en forma de provisiones. Tras cerrar la tienda llevó comida y bebida a los vecinos que estaban luchando contra las llamas y también se puso manos a la obra en primera línea de fuego.