El desahogo de Junqueras

Hay que reconocerle, por lo menos, su valor frente al tribunal y una coherencia que contrasta con la insultante cobardía de Puigdemont

Oriol Junqueras, hoy en el Tribunal Supremo EFE
Pedro García Cuartango

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En su declaración de esta mañana Oriol Junqueras ha dicho dos cosas notables: que ama a España y que tenía muchas ganas de hablar tras su estancia en la prisión. Luego se ha explayado ante el tribunal subrayando que es un preso político y que no hay ningún motivo para su procesamiento. Pero no ha rebatido ninguno de los argumentos de la Fiscalía, que le acusan de haber encabezado un golpe contra el Estado y de haber impulsado una declaración unilateral de independencia. Ni siquiera ha querido contestar a esas imputaciones. Por ello, Junqueras se ha desahogado pero no ha convencido. Hay que reconocerle, por lo menos, su valor frente al tribunal y una coherencia que contrasta con la insultante cobardía de Puigdemont, cuya ausencia es hoy más elocuente que las palabras del líder de ERC.

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