Denuncian fallos de seguridad en el nuevo helicóptero de Aduanas
El observador aéreo no tendría acceso a tres de las cuatro puertas de emergencia del aparato

Seis observadores del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) que prestan servicio en Andalucía –la totalidad, salvo uno que se jubila próximamente y otro más en prácticas– han dirigido un informe al responsable de esa Dirección Adjunta en el que denuncian que el nuevo helicóptero puesto en servicio recientemente adolece de graves fallos de seguridad. El documento, a cuyo contenido íntegro han tenido acceso fuentes de CSIF consultadas por ABC, reprocha que la configuración del aparato «atenta gravemente» contra la seguridad de esos funcionarios, ya que les impide tener acceso a tres de las cuatro vías de evacuación, mientras que la apertura de la última depende del piloto.
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El informe, fechado a finales de enero, ha tenido ya alguna consecuencia. El aparato ha sido llevado a la base de Vigo –a Algeciras se ha trasladado el que prestaba allí servicio– y hay orden de que solo haga vuelos de instrucción sobre tierra, nunca sobrevolar el mar, lo que obviamente tiene una incidencia importante sobre la operatividad del servicio en su conjunto, ya que la base gallega habría quedado fuera de servicio, según las fuentes consultadas.
Pérdida de operatividad
Con fecha 27 de enero, el documento fue registrado solo seis días después de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero , presidiese en Sevilla la entrega a Vigilancia Aduanera del nuevo helicóptero e incluso volase con él. Es llamativo, en todo caso, que la titular del departamento acudiera a ese acto como si fuera un éxito cuando el aparato había sido entregado en agosto, se debía haber incorporado al servicio entre noviembre y diciembre y no lo pudiera hacer hasta más de un mes después porque se detectaron fallos técnicos, según fuentes de Vigilancia Aduanera consultadas por ABC.
La incorporación de la aeronave era clave porque a finales de año hubo una semana en que ninguno de los helicópteros de la flota del SVA, gestionada por Eliance, podía volar. En este momento, la operatividad del departamento de Aduanas , dependiente de la Agencia Tributaria, vuelve a estar seriamente comprometida por lo que sucede con el nuevo aparato.
En cuanto al nuevo helicóptero, un Dauphin, los observadores destinados en Andalucía ya advirtieron el pasado 1 de diciembre de que el posicionamiento de la consola y los asientos desde los que desempeñan su trabajo suponían un serio riesgo en caso de accidente. Así se lo hicieron saber al ingeniero de Airbus durante el curso al que fueron convocados en las instalaciones de Eliance –adjudicataria del mantenimiento y operatividad de la flota del SVA– para ser instruidos sobre las capacidades de la aeronave.
El ingeniero de Airbus se comprometió a transmitir las quejas a quien correspondiese y lo mismo hicieron los observadores con sus superiores. El informe precisa que aunque el posicionamiento del observador en el helicóptero puede estar certificado desde un punto de vista comercial, no es adecuado para un aparato que es utilizado en misiones del SVA.
El 16 de diciembre hubo una segunda reunión en el hangar de Eliance de Sevilla, de nuevo con un representante de Airbus. Fue grabada, y los observadores de Vigilancia Aduanera volvieron a dejar claro que había un problema de «seguridad grave» en caso de emergencia. Y ello porque la configuración de los asientos obstaculizaba la apertura de puertas y ventanas traseras en caso de emergencia; porque la posición de la consola obstaculizaba la salida por la puerta central derecha y porque la única operativa y libre está a expensas de que sea el piloto, y solo él, el que la pueda abrir.
Por todo ello, los observadores, en el informe enviado al director de Vigilancia Aduanera, piden que el helicóptero no sea utilizado hasta que no se solucionen esos problemas, ya que en su opinión «no se dan las circunstancias mínimas de seguridad ».
Según fuentes del CSIF, el nuevo helicóptero adquirido a instancias de la Subdirección de Logística de Vigilancia Aduanera ha costado 12 millones de euros, una cifra que consideran disparatada si se tiene en cuenta que «es un aparato obsoleto, del que no se van a fabricar más unidades; por mucho menos se podría haber comprado un aparato moderno y adecuado para las condiciones del servicio». El responsable nacional de CSIF de Vigilancia Aduanera, Francisco García, insiste a ABC en que la mayoría de sus compañeros observadores no tienen reconocido su puesto de trabajo, ganan 1.500 euros al mes, vuelan 14 de cada 30 días y ni siquiera se les respeta el horario.