Cuixart ya sale cada día de la cárcel para acudir a su empresa
Flexibilizan la prisión de cinco de los nueves líderes secesionistas condenados por el 1-O
Jordi Cuixart disfruta ya de la «flexibilización» de su condena por sedición. Es el primero de los nueve líderes del «procés» condenados por sedición que sale unas horas de prisión con la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, aunque la Generalitat ve «previsible» que en breve puedan hacerlo todos.
El líder de Òmnium Cultural salió ayer por la mañana acudió ayer desde la cárcel de Lledoners (Barcelona), donde cumple condena, hasta la empresa Aranow, ubicada en un polígono de Sentmenat, y dedicada al diseño de maquinaria de envasado. Al llegar fue recibido con aplausos por una veintena de trabajadores. Abrazó a los empleados y, con las cámaras de televisión delante, les aseguró que seguiría luchando «por la libertad y la ammnistía». Por la tarde acudió a hacer labores de voluntariado a un centro de atención de personas en riesgo de exclusión social, para luego volvir a dormir a la prisión. Lo que Cuixart hizo ayer será la rutina que llevará a partir de ahora de lunes a viernes después de que la junta de tratamiento de de Lledoners le haya concedido su petición de flexibizar su régimen carcelario a través del 100.2. Le permiten salir nueve horas y media al día de lunes a viernes.
Cuixart y Jordi Sànchez, el líder de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), fueron los primeros en beneficiarse de esta flexibilización de su estancia carcelaria, pero lo disfrutan cinco de los nueve presos del «procés». A la expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, la cárcel de Mas d'Enric (Tarragona) se lo concedió el miércoles. Y ayer se sumaron a la lista de beneficiados el exconsejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, y la exconsejera de Trabajos, Asuntos Sociales. Se les permite salir de la cárcel para hacer tareas de voluntariado y cuidar de familiares enfermos. Lledoners permite a Forn salir cinco días a la semana durante 12 horas y media, mientras el centro penitenciario de Puig de les Basses (Gerona) deja a Bassa hacerlo tres días a la semana, un máximo de ocho horas.
El tercer grado sobrevuela
De momento son cinco, pero, po obsante, el departamento de Justicia de la Generalitat ve «previsible» que los nueve presos «puedan ser merecedores» en breve de salir a trabajar y hacer labores de voluntariado a través del artículo 100.2. E incluso, según dijo ayer en una entrevista en Catalunya Ràdio la consejera de Justicia, Ester Capella, que a algunos se le conceda el tercer grado (semilibertad) cuando antes de junio se revise su clasificación.
Capella defendió la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que conceden los técnicos de tratamiento de cada cárcel, como «una forma más de cumplir la sentencia». Y cree también que es «la mejor manera de transitar hacia la libertad».
Este artículo del Reglamento Penitenciario permite la «flexibilización» del régimen ordinario (segundo grado), en el que de momento están clasificados los líderes secesionistas, para asemejarlo a un tercer grado, o semilibertad. Son las juntas de tratamiento de los centros penitenciarios los que pueden concenderlos si así lo pide un interno. Y son de aplicación inmediata, si bien requiere el aval posterior de un juez de vigilancia penitencia, que consultaría también a la Fiscalía. Finalmente, el Ministerio Público podría recurrir la decisión ante la Audiencia de Barcelona, que ejercería de última instancia. Es decir, por la vía del 100.2 siempre se evita depender del Tribunal Supremo, que en cambio sí sería la última instancia en caso de tratarse de un tercer grado.
No es la única vía por la que podrán salir algunos días de prisión. Inmediatamente después de que cumpliesen un cuarto de la condena impusta, la Generalitat concedió a los «Jordis» permisos de 48 horas -un máximo de 36 días al año-, que no requieren de aval judicial. La juez aceptó también uno de 72 horas para Cuixart al que el fiscal se había opuesto.
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