Cuando los españoles no sabían ponerse de acuerdo: los 106 años de atraso en los que hubo 141 presidentes

La historia de nuestro país entre 1833 y 1939 fue la historia de media España contra la otra media. Los españoles no supieron resolver en paz sus discrepancias, y los enfrentamientos políticos derivaron en una inestabilidad que impidió salir del atraso

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, el pasado 12 de febrero Ángel de Antonio
Almudena Martínez-Fornés

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Los últimos cuarenta años de paz civil, estabilidad y progreso, a pesar de la terrible crisis económica, han borrado de la memoria colectiva la historia turbulenta de la España contemporánea . A diferencia de otros países, los españoles no supieron acordar hasta 1978 un marco político y jurídico de convivencia en el que se resolvieran en paz las discrepancias que se producen en el seno de cualquier sociedad.

Hasta entonces, la historia de nuestro país había sido la de media España contra la otra media. En poco más de un siglo (1834-1936) hubo cuatro guerras civiles (las tres carlistas y la civil ), cuatro magnicidios (los asesinatos de Prim, Cánovas, Canalejas y Dato), decenas de atentados y más de doscientos pronunciamientos militares y golpes de Estado .

En ese tiempo se aprobaron siete Constituciones sin consenso , impuestas a los demás por quienes en aquel momento detentaban el poder. La inestabilidad política llegó al extremo de que en 106 años (entre 1833 y 1939) hubo 141 presidentes de Gobierno, o de Consejo de Ministros, que era como entonces se llamaban.

Ni la Monarquía ni la República fueron capaces de ofrecer en aquel momento un marco de estabilidad:

En los 35 años del reinado de Isabel II hubo 54 presidentes.

En los dos años de gobierno provisional hubo cinco.

En los dos años del reinado de Amadeo de Saboya , se sucedieron seis.

En los dos años de la I República hubo siete.

En los once años del reinado de Alfonso XII fueron ocho.

En los 46 años del reinado de Alfonso XIII se sucedieron 44.

Y en los ocho años de la II República hubo 17.

Por sus ideas, a miles de españoles se les arrebató la vida, sufrieron privación de libertad o fueron condenados al exilio o a la sumisión.

Como consecuencia de esos más de cien años de inestabilidad y violencia, España no era capaz de salir de su atraso como habían empezado a hacer otros países europeos. En los años treinta del siglo pasado casi la mitad de la población española era agrícola y el 44 por ciento de sus habitantes (58,2 por ciento de las mujeres) eran analfabetos. Los campesinos cobraban sueldos de miseria y la renta media de los españoles era solo el 40 por ciento de la que tenía un alemán en la época.

Solo cuando se dieron las condiciones de estabilidad, en los años sesenta del siglo pasado, España empezó a abandonar su retraso y a progresar como no lo había hecho nunca antes. Pero la estabilidad y el progreso no eran suficientes: España también quería ser una democracia.

El gran reto llegó en 1975, tras la muerte de Franco, cuando los políticos de aquella época decidieron resolver sus diferencias, por primera vez, mediante la negociación y el diálogo. Aún tenían muy presentes los horrores de la guerra y el recuerdo de la historia turbulenta de España. Y, ante la sorpresa del mundo, los españoles inventaron una nueva vía pacífica que se llamó la Transición.

Desde entonces, han pasado 40 años y en España se han sucedido seis presidentes del Gobierno, algo que nunca se había visto antes en nuestra historia.

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