Cruz calca la estrategia de Sánchez y evita comparecer públicamente

Montón tuvo que dimitir tras comparecer y no poder aclarar su situación

Pedro Sánchez, Nadia Calviño, María Jesús Montero, Manuel Cruz y Meritxell Batet, el pasado jueves antes de participar en un desayuno informativo Ignacio Gil
Víctor Ruiz de Almirón

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El nivel lo marcó el presidente del Gobierno. El caso del plagio en su tesis doctoral cambió drásticamente los estándares de ejemplaridad con los que dijo llegar al frente del Ejecutivo. Ha pasado cerca de un año. Una vez el escándalo llamó a las puertas de Sánchez todo cambió. Hasta entonces y en solo tres meses al frente del Gobierno tuvieron que dimitir Máxim Huerta y Carmen Montón . Desde entonces diferentes informaciones críticas han cercado a figuras como Isabel Celaá, Pedro Duque, Nadia Calviño o Dolores Delgado.

A partir del caso tesis la consigna fue el cerrojazo, el victimismo y la crítica a los medios de comunicación. El de Manuel Cruz ha sido un caso claro de esta estrategia.

Tres casos de los que han afectado al Gobierno se conectan entre sí por ser de índole académica. El de Sánchez, el destapado ayer sobre Manuel Cruz y el primero de ellos, que fue el que terminó con la dimisión de Carmen Montón como ministra de Sanidad.

Sánchez no evitó la caída de su titular de Sanidad. Su Trabajo de Fin de Máster (TFM) contenía numerosos fragmentos idénticos a artículos académicos publicados en la red. «Esta misma mañana haré una rueda de prensa donde rebatiré la información publicada hoy. Y aclararé esta situación», dijo Montón el día que se conoció la noticia. Aquí se encuentra la principal diferencia con Sánchez y Cruz, que rehusaron dar explicaciones.

Tal vez aprendieron de aquella comparecencia para no someterse al escrutinio de los medios de comunicación. Y es que aquel día Montón se defendió, respondió a la prensa y ofreció poder ver sus trabajos . Pero en ese intento de justificación incurrió en varias incoherencias en su explicación que la dejaron indefensa ante el escrutinio público. Aunque su primera decisión el mensaje fue negar ninguna mala praxis: «No he cometido ninguna irregularidad».

Ayer, el presidente del Senado no quiso pasar por ese trance de tener que dar explicaciones ante los medios de comunicación. Se refugió en un comunicado colgado en sus redes sociales y distribuído por WhattsApp a los medios de comunicación. Un comunicado que empieza elogiando la trayectoria académica de Cruz y que no asume ninguna responsabilidad.

Es el estilo impuesto por Sánchez, que no aportó ninguna explicación tras la información destapada por este periódico. Pero esta exclusiva sí obligó al líder socialista a tener que hacer pública una tesis que no era pública. La estrategia de comunicación se basó en que el presidente diese explicaciones en formato tuit . Aunque el presidente no podía ocupar la primera parte de su justificación haciendo gala de extensa bibliografía. Su defensa consistió en la negativa y la amenaza: «Las informaciones aparecidas en algún medio de comunicación que sostienen la existencia de plagio en la redacción de mi tesis doctoral son rotundamente falsas. Emprenderé acciones legales, en defensa de mi honor y dignidad, si no se rectifica lo publicado». Una amenaza que no cristalizó en nada.

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