El criminal de Lardero se mostró impasible y frío en el calabozo
Su familia era plenamente consciente de lo que podía volver a hacer una vez en libertad
Francisco Javier Almeida López de Castro no tiene perturbadas sus facultades mentales, como certificaron en su día los forenses que lo examinaron con ocasión del «crimen de la inmobiliaria».
Es más; tal como ha comprobado ahora la Guardia Civil es un tipo extremadamente frío, que estuvo impasible en las primeras horas que permaneció en el calabozo tras ser detenido.
No tuvo ni un solo gesto de humanidad hacia la víctima , ni mostró el menor arrepentimiento. Se comportó como si aquello no fuera con él. Su familia era plenamente consciente de lo que podía volver a hacer una vez en libertad, y de hecho había mostrado su preocupación por la posibilidad de que volviera a cometer una salvajada una vez recuperara la libertad.
Almeida quedó en libertad condicional el año pasado tras cumplir condena por agresión sexual y asesinato y 18 meses después ha vuelto a matar.
La Guardia Civil lo detuvo anoche en Lardero (La Rioja) por el crimen de un niño de nueve años al que se había llevado de un parque poco antes, mediante engaño.
El individuo salió de prisión en abril del año pasado cuando le quedaban por cumplir tres de los 25 años en los que quedó acumulada su condena impuesta en 2001 , según confirmaron a ABC fuentes penitenciarias.
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