Cospedal se ciñe a la etiqueta en la Pascua Militar

La Reina optó por repetir un vestido que estrenó en 2014 y volvió a lucir en 2015

Almudena Martínez-Fornés

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La Pascua Militar se reafirmó ayer viernes como la solemne ceremonia de gala que casi siempre ha sido en sus más de dos siglos de historia. Don Felipe, que acudió a esta cita por primera vez hace 30 años, regresó, por tercer año consecutivo, como Rey y, en esta ocasión, escogió el uniforme de gala de capitán general del Ejército del Aire , después de haber lucido el de la Armada en 2015 y el de Tierra en 2016.

Doña Letizia, que también es veterana en la Pascua Militar -empezó a acudir en 2005-, optó por repetir un vestido que se había puesto por primera vez en 2014 , cuando aún era Princesa de Asturias. Lo estrenó en la recepción al Cuerpo Diplomático que ese año aún presidieron Don Juan Carlos y Doña Sofía y, al año siguiente, se lo volvió a poner en la celebración de su primera Pascua Militar como Reina. A Doña Letizia nunca le ha importado repetir el mismo modelo en el mismo acto.

En concreto, se trata de un vestido en doble crepe de lana de color verde ópalo, bordado en hilo y cristal en las mangas y los laterales de la falda, diseñado por el modista Felipe Varela. Doña Letizia lo conjuntó con unos zapatos y un bolso a juego.

Herencia de Chacón

El hecho de que la Reina repitiera modelo ayudó a que casi toda la atención visual se concentrara en la nueva ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal , que asistía por primera vez a esta ceremonia de gala. Inevitablemente, la mayor parte de los medios de comunicación estaban pendientes del vestido, el maquillaje y el peinado de la nueva ministra.

El motivo de este interés inusitado en el estilismo de una política era la herencia que dejó la única mujer que le ha precedido en el cargo, la socialista Carme Chacón , y que consiguió en su día que se hablara de su ropa más que de su discurso. La entonces ministra de Defensa (2008-2011) decidió incumplir la etiqueta recomendada para esta tradicional ceremonia de gala y acudió vestida con un sencillo traje de chaqueta y pantalón de color negro, que el Ministerio de Defensa de su época calificó de esmoquin, prenda que, como se sabe, sólo se viste de noche, y la Pascua Militar se celebra de día. Empieza a las doce del mediodía. A la peculiar elección se sumó un maquillaje muy marcado en los ojos, que también suscitó críticas.

La etiqueta recomendada para la Pascua Militar siempre ha sido muy clara: uniforme de gala modalidad A (sin guantes ni gorra) para los militares, chaqué para los señores y vestido largo para las señoras.

Vestido largo al mediodía

El hecho de que esta ceremonia de gala se celebre de día y en pleno invierno -parte del programa transcurre al aire libre, en el habitualmente gélido Patio de la Armería- dificulta la elección del vestido largo, pues la mayor parte de estos trajes son de fiesta y para la noche. Todos estos detalles hicieron que la atención se concentrara en la nueva ministra. A diferencia de su predecesora en el cargo, Carme Chacón, la nueva ministra de Defensa cumplió la etiqueta recomendada para la ceremonia de gala y asistió con un elegante vestido largo compuesto por un cuerpo de terciopelo verde oscuro -que con la luz interior parecía negro-, con un gran broche en el lateral del cuello, y una falda de tafetán brocado de color verde esmeralda.

Bolso de plumas

María Dolores de Cospedal completó su estilismo con zapatos de salón de color negro, un original bolso de plumas y unos guantes negros , que llevaba al aire libre y se quitó en cuanto entró en el Palacio Real. Además, la ministra acudió con su peinado habitual y un suave maquillaje. En conjunto, una apuesta nada arriesgada que se ajustaba perfectamente a la etiqueta de la ceremonia y que no robó protagonismo a un discurso en el que avanzó las líneas maestras de su Ministerio y le sirvió de presentación ante las Fuerzas Armadas.

La ministra permaneció durante gran parte del acto con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido , que asistieron a la Pascua Militar con el chaqué recomendado para los civiles.

El espejo de Doña Letizia

A pesar de los esfuerzos de la Reina por ceder todo el protagonismo del acto al Rey y a la ministra de Defensa -que fueron quienes tomaron la palabra ante los invitados-, Doña Letizia volvió a centrar ayer la atención de las redes sociales, cuando se difundieron unas imágenes de ella retocándose el maquillaje con la ayuda de un pequeño espejo.

La Reina hizo ese gesto natural en el interior del Palacio Real, cuando finalizó la parte del programa que se había desarrollado en el Patio de la Armería (llegada, honores y revista a una formación de la Guardia Real). Doña Letizia se encontraba en la Saleta de Gasparini, en un corrillo con el Rey, el presidente del Gobierno y algunos ministros, a la espera de que empezaran los saludos de las comisiones militares. Cuando Mariano Rajoy terminó de hablar, Doña Letizia aprovechó para mirarse en un espejo y retocar brevemente su maquillaje. Un gesto que en otra persona habría pasado completamente inadvertido, pero que en el caso de Doña Letizia adquiere enorme notoriedad.

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