Convivir con la ceniza que arroja el volcán
Qué significa el aumento de la sismicidad en la isla de La Palma
En Fuencaliente la imagen de sus vecinos limpiando la ceniza de sus terrazas se ha convertido en una escena costumbrista. Cada día tratan de devolverle el color a un municipio que el volcán tiñe de negro. Se la quitan de encima a capazos pero estas partículas se adhieren a cada rincón y quienes viven aquí tratan de acostumbrarse a las molestas consecuencias que provocan en los ojos y en la piel. Además, en esta zona sur de la isla a diario notan los temblores, más de cien en las últimas horas, que agitan el temor ante lo que les puede seguir deparando la erupción y miran al volcán esperando a que deje de dar señales de vida.
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