El Consejo General de Ciudadanos avala el poder absoluto de la Ejecutiva

Neutraliza las voces críticas y deja el modelo del partido en manos de los afiliados

La portavoz de la Gestora de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, ayer tras el Consejo General Efe
Juan Casillas Bayo

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Ciudadanos (Cs) es un partido poco acostumbrado a la discrepancia interna. Hasta que las elecciones generales del 28 de abril dibujaron un dilema en el que los liberales debían escoger entre romper su palabra o entregar la gobernabilidad de España a «populistas y separatistas», la formación vivía en un estado de unanimidad perpetua.

Se rompió entonces ese consenso y nació un sector crítico muy minoritario , pero dispuesto a elevar la voz para corregir un rumbo que consideran erróneo. Ayer en el Consejo General de Cs, máximo órgano entre asambleas, se evidenció el malestar que aún generan las posturas discordantes con la batuta que llevan ahora al frente de la Gestora Manuel García Bofill , José Manuel Villegas y Fran Hervías .

La ponencia estratégica, que levanta definitivamente el veto al PSOE y marca como únicas líneas rojas el nacionalismo y «los populismos de derecha – Vox – e izquierda – Podemos y sus satélites–», suscitó el aplauso de todos los consejeros. Otro cantar fue la propuesta de nuevos Estatutos , que generó un bronco debate en el seno del Consejo General, según supo ABC.

El modelo de partido está en el centro de todas las miradas. La Gestora, continuista con la anterior dirección, aboga por mantener el férreo control que ejerce el Comité Ejecutivo en la actualidad; mientras que el sector crítico es partidario de que los afiliados elijan directamente las direcciones autonómicas para que funcionen como contrapeso a la Ejecutiva.

Los nuevos Estatutos prevén la creación de un Consejo de Coordinación Territorial en el que, a instancia del presidente del partido, se reúnen los coordinadores territoriales con el líder y el resto de miembros del Comité Permanente –núcleo duro de la Ejecutiva–. Las resoluciones de este cónclave, no obstante, no son vinculantes, por lo que esta cesión es completamente insuficiente para los críticos.

Francisco Igea , vicepresidente de Castilla y León y cabeza visible de este sector, ha iniciado un pulso para medir su fuerza y comprobar los apoyos que tiene entre la militancia. Su mayor obsesión es terminar con el dedazo que en la actualidad impone la dirección nacional en la elección de prácticamente todos los cargos orgánicos.

Él insiste en que Inés Arrimadas es «la mejor candidata» para suceder al dimitido Albert Rivera , pero de momento la favorita a presidir Cs solo se ha abierto a hacer más participativo el partido en las agrupaciones y a nivel sectorial; pero no a que existan «diecisiete baronías».

Fernando Navarro , exdiputado y exmiembro del Comité Ejecutivo –repescado por Igea para el Gobierno castellano y leonés–, defendió ayer una enmienda de devolución de la ponencia estatutaria para obligar a una nueva redacción que incluya las reivindicaciones del sector crítico. No cuajó.

La iniciativa solo cosechó cinco apoyos y una abstención , por 103 votos en contra en un Consejo General copado por fieles a la dirección de Rivera. La lista de consejeros, cerrada, fue diseñada en su día por el actual secretario de Organización de la Gestora, Hervías, y aprobada en la IV Asamblea General de los liberales.

Los críticos se movilizan

Precisamente, una de las peticiones de los críticos es que el Consejo General se elija en listas abiertas para que sea un órgano más plural. Según fuentes presentes en el cónclave celebrado ayer, el secretario general de la Gestora, Villegas, le echó en cara a Navarro actuar «de mala fe» y con voluntad de «perjudicar» a Cs.

Villegas le reprochó a Navarro actuar «de mala fe» y para «perjudicar» al partido

Distintos críticos con los que conversó este diario aseguran que sus protestas solo buscan mejorar el funcionamiento interno. Ahora, Igea se reunirá a lo largo y ancho del país con cargos medios de Cs para tratar de consensuar enmiendas con dos objetivos muy claros: establecer contrapesos al actual poder omnímodo de la Ejecutiva y que exista una «división de poderes» –habida cuenta de que los miembros de la Comisión del Régimen Disciplinario también los nombra la Ejecutiva–.

La ponencia estatutaria salió adelante por 105 votos a favor –al menos dos críticos la respaldaron tras decaer la enmienda de devolución–, una abstención y un voto en blanco. Ahora, como señaló la portavoz de la Gestora, Melisa Rodríguez , al concluir la reunión, «la pelota está en el tejado de los afiliados» . Hasta la V Asamblea General de marzo, podrán preparar sus enmiendas.

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