El Congreso da luz verde a la exhumación de Franco sin consenso

El Pleno convalida el decreto del Ejecutivo con la abstención de PP y Ciudadanos

La bancada socialista ayer en el Congreso tras el pleno que permitirá exhumar los restos del dictador Francisco Franco EFE
Ana I. Sánchez

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La exhumación de Francisco Franco fue aprobada ayer por el Congreso contraviniendo el gran deseo del Comité de Expertos que la recomendó: el alcance del más elevado consenso.

El Pleno se rompió en dos durante el debate ya que tanto PP como Ciudadanos confirmaron su abstención criticando la urgencia del Gobierno para aprobar la salida de los restos. Un movimiento que consideraron una una «solución rápida» para tapar las «vergüenzas» y «problemas» del Ejecutivo. «Afrontémoslo bien, no por un mecanismo inadecuado. No nos traigan chapuzas, trabajemos en serio para que el Valle de los Caídos no sea un monumento a la dictadura », reclamó el número dos de Cs, José Manuel Villegas.

Incluso alguno de los socios del Ejecutivo como el PDECat echó en cara de la vicepresidenta, Carmen Calvo, que un texto tan histórico se elevara al Pleno sin un respaldo unánime. «Todos se deben sentir recogidos» , criticó el portavoz adjunto del grupo soberanista catalán, Jordi Xuclá.

«Atroz anomalía»

Los votos a favor de PSOE, Podemos, PNV, ERC, PDECat, Compromís, EH Bildu, Coalición Canaria y Nueva Canarias sumaron así los 176, el mínimo necesario votando todos los diputados. Las abstenciones de PP y Ciudadanos alcanzaron los 165 escaños y dos diputados del PP votaron en contra por error .

El decret o se tramitará ahora como proyecto de ley para que los grupos puedan introducir sus enmiendas, mientras el Ejecutivo socialista se cree ya con la cobertura jurídica suficiente necesaria para trasladar los restos del dictador aunque la familia no esté de acuerdo .

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, fue la encargada de defender el texto en el hemiciclo. Y lo hizo pidiendo el apoyo de los grupos para sacar «a nuestro país de la vergüenza». Advirtió que el descanso del dictador en el Valle de los Caídos «es una atroz anomalía en un estado democrático» porque «no hay paz ni concordia mientras los restos estén en el mismo lugar que las víctimas» . Quienes allí están «se merecen paz y respeto y estamos obligados a hacerlo», abundó.

La numero dos del Ejecutivo intentó emplearse a fondo para justificar la polémica urgencia del decreto. Recordó con un tono pausado, casi maternal, la aprobación de la Ley de Memoria Histórica hace once años -aunque no recoge la exhumación-, las tres ocasiones en las que el Congreso ha apoyado el cambio de los restos y las peticiones de Naciones Unidas en el mismo sentido . Señaló además que el Gobierno no ha querido «dilatar el tema ni un solo instante» ante el «agravio rotundo» que supone para las familias que no saben aún donde están los restos de sus familiares represaliados. «No puede haber más dilaciones ni más debate. Quien no vea la urgencia, no ve la necesidad. Quien no vea la forma, no está viendo el fondo», resaltó.

Todos estos argumentos no le libraron de las críticas. Los socios del Gobierno avanzaron su apoyo pero algunos como el PDECat criticaron la urgencia y ausencia de unanimidad y otros como Podemos y ERC cargaron contra la insuficiencia del texto. De contentarles se ocupó la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, comprometiéndose a la creación de la Comisión de la Verdad y la anulación de los tribunales franquistas y sus sentencias, medidas que ya anunció la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en su puesta de largo.

Sin recorrido mediático

Para intentar compensar la falta de consenso imploró a PP y Cs su voto a favor para «cerrar juntos el capítulo más negro de la Historia» . «No se abstengan, por dignidad», reclamó sin éxito, durante una alocución dirigida también a poner en pie a su bancada. «Es una vergüenza que defiendan tener a un golpista, a un genocida, a las afueras de Madrid», recriminó a PP y Cs.

El Pleno prorrumpió en un largo aplauso cuando la presidenta del Congreso, Ana Pastor, declaró convalidado el decreto, pero la victoria parlamentaria no tuvo el recorrido mediático soñado por el Gobierno socialista desde que el pasado 24 de agosto aprobó el texto. La polémica por el presunto plagio de fragmentos cometido por el jefe del Ejecutivo al redactar su tesis doctoral, una irregularidad destapada por ABC, robó el espacio a una medida concebida principalmente para ocupar la agenda política. Y la irritación de La Moncloa fue visible cuando Calvo consideró al salir de Pleno que era «lamentable» que la exhumación de Franco no fuera el gran tema del día.

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