El comunicado del fin de ETA permitió ubicar a Ternera en Francia hace un año
Al querer participar en ese adiós, contactó con sujetos que estaban bajo vigilancia
La Inteligencia española y las fuerzas de seguridad certificaron hace un año que Josu Ternera estaba en Francia. Desde que cometió el error de entrar en contacto con miembros de lo que quedaba de ETA -alguno de ellos convenientemente vigilado- para tener su participación en el comunicado de la «declaración final», que él mismo leería para una grabación histórica que se difundió el 3 de mayo de 2018. «Lo que se supo a partir de ese momento es que estaba en Francia» , indican fuentes de la lucha antiterrorista, que añaden sin mayor especificación que la «pista buena» y más definitiva sobre su paradero se obtuvo «en los últimos meses». Se trataría, al parecer, poco más que un susurro captado por un guardia civil en el que un individuo antiguamente vinculado con Ternera decía a otro en francés «jeudi 16 mai hôpital». Jueves 16 mayo hospital. Las coordenadas a medias de la cita médica que desembocó en la captura del etarra.
La última vez que el ex dirigente de ETA había sido visto es en 2013 , cuando fue fotografiado junto a su esposa e hija en Durban sur Aziere, también en suelo galo a unos 50 kilómetros de Andorra. Su vanidad, ese empeño por figurar como uno de los actores protagonistas en el adiós de la banda, permitiría al CNI y luego a la Guardia Civil reencontrar un hilo que, tras muchas dificultades, ha conducido hasta el terrorista.
No se han facilitado detalles de cómo la seguridad española, en colaboración con el servicio de Inteligencia Interior galo (DGSI) lograron ubicar a Ternera en los Alpes franceses, donde llegado el momento se desplegó un amplio y extremadamente sigiloso dispositivo para el 16 de mayo no solamente en el hospital de Sallanches en cuyo aparcamiento el prófugo fue finalmente capturado, sino en los del resto de la zona, incluido en la vecina Suiza. «No sabíamos exactamente a dónde iba a ir» , indican fuentes consultadas. Al aproximársele los agentes con brazaletes identificativos de su pertenencia a cuerpos de seguridad, el pistolero comenzó a hablar en francés para intentar despistar. «¿Hay algún problema?. Se han equivocado de persona... están cometiendo un error», dijo. «Sabemos que es usted José Antonio Urruticoetxea Bengoechea» , le respondieron. Entonces, Ternera supo que estaba perdido y no opuso resistencia. No iba armado, al contrario de lo que había sido su costumbre.
Ocultándose en ese entorno, el terrorista no había hecho ni más ni menos que regresar a un lugar que ya conocía de sobra. En 2011 recaló en Saint Gervais Les Bains -la misma localidad a la que pertenece la pedanía de Saint-Nicolas-de Véroce en la que se refugiaba hasta ahora- para estar con su hijo Egoitz, entonces también perseguido por la justicia. Josu Ternera desapareció misteriosamente y de pronto de aquel enclave , según pesquisas posteriores, alertado por un chivatazo que recibió a través de una llamada procedente de Kenia.
Al borde de la frontera con Suiza, también en la de Italia, los Alpes franceses, como ya sabía el etarra, dan mucho juego para una fuga . Siempre alerta, los servicios antiterroristas indican que en sus paseos diarios el pistolero no paraba de «observar» el entorno de su refugio-vivienda para descubrir si lo estaban vigilando. Los 4.000 euros que llevaba encima y la gran mochila «con mucha ropa» que portaba cuando fue detenido sugieren que podría tener planes de marcharse a otra parte tras la consulta médica a la que acudía.
De Suramércia a Sudáfrica
Desde que participara en las negociaciones de Oslo entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la banda terrorista, se ha investigado la supuesta presencia de Josu Ternera en una docena de países, entre ellos Suiza, varios de Suramérica y Sudáfrica , además de en el País Vasco. «Con lo que tenemos hasta ahora no hay nada que indique que haya estado en otro lugar que no fuera Francia», explican por otra parte fuentes policiales francesas consultadas.