Ada Colau, una alcaldesa permisiva
Barcelona se encuentra sumida en una crisis de seguridad, que se agrava con las últimas actuaciones del colectivo «okupa» en la capital
Las decisiones que Ada Colau ha tomado desde su llegada al Ayuntamiento de Barcelona en materia de seguridad ciudanana han sumido a la ciudad condal en un círculo de problemas. Una crisis de seguridad que se extiende desde el consistorio al cuerpo de Policía, y que se endurece con un nuevo estallido de violencia «okupa».
Acusaciones retiradas
Al poco tiempo de llegar al Ayuntamiento, Colau retiró las causas penales en las que el Ayuntamiento se había personado como acusación por incidentes callejeros. La medida afectó a huelguistas o estudiantes que se habían visto implicados en altercados callejeros.
Permisividad
Colau ha mostrado poca contundencia frente a los «manteros» que venden de manera ilegal en el centro de la ciudad, a pesar de las quejas reiteradas del sector del comercio, que acusa al Consistorio de permisividad. Además, la alcaldesa ha presentado recientemente un plan de protección del colectivo de manteros.
Cuerpo cambiado
La alcaldesa, también, ha presentado esta semana un Plan Director de la Guardia Urbana para los próximos años, que plantea entre otros aspectos cambiar algunas funciones del cuerpo, como la unidad que ejercía funciones de antidisturbios.
Recelos en el cuerpo
Los agentes lamentan que la alcaldesa no les haya respaldado más en los últimos tiempos , cuando miembros del cuerpo han sido agredidos durante actuaciones policiales contra los «manteros» . Además, la posible coacción de un edil a los abogados de un urbano ha acabado de enfadar a la policía local, posicionada contra la alcaldesa.
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