Juan Fernández-Miranda
Las coaliciones son para el verano
La palabra que más veces pronunció ayer Albert Rivera en el Foro ABC fue «regeneración». Ese término es principio y fin, forma y fondo, de su ideario político y sobre él pivotará —llegado el caso— su ejecutoria. En el diccionario político de Ciudadanos, que bien podríamos bautizar como riverismo, regenerar tiene esencialmente tres acepciones. Y cada una esconde una estrategia.
La primera es «cambiar las cosas, pero para bien», afirmación que oculta un mensaje dirigido a Podemos. Porque Ciudadanos parece haber aprendido la lección del 20-D y no quiere descuidar el cara a cara con Pablo Iglesias: «Yo soy el antídoto contra el populismo», dijo ayer en un abarratado y solemne salón del Casino de Madrid. Rivera no lo dice, pero los suyos sí: en esta campaña sí están dispuestos «a bajar al barro» para frenar a Podemos. Se acabó el «buen rollito» entre los líderes de la nueva política. Albert y Pablo son ahora Rivera e Iglesias y se van a enseñar los dientes. Tambores de guerra.
La segunda acepción del término esconde su plan para el verano: un pacto a tres con PP y PSOE, una gran coalición que permita a España —la segunda palabra más pronunciada— dar un gran salto adelante (nada que ver con Mao). En este caso, el mensaje va dirigido a Sánchez, principal obstáculo para ese acuerdo. Lo curioso es que en la legislatura «interruptus» con quien se fotografió Rivera fue con el líder del PSOE.
El tercer y último significado de la regeneración según Rivera es un dardo a Rajoy. Tras el 26-J el líder de C’s no quiere un nuevo gobierno, sino un «gobierno nuevo». No lo acaba de decir, pero lo dice: un Ejecutivo sin Rajoy. Claro que, al escuchar el seudoveto, uno se pregunta si en ese hipotético Gobierno sí tendría cabida Sánchez. Veremos.
En resumen: un pacto a tres (mensaje a Sánchez), un gobierno nuevo (mensaje a Rajoy) y un cambio a mejor (mensaje a Iglesias). Desde su primera visita al Foro ABC —hace catorce meses— Rivera ha perdido en frescura, pero ha ganado en estrategia.