Las ciudades se llenan de escaparates, carteles y anuncios congelados por el confinamiento
La ciudad se detuvo aquel lejano 15 de marzo. Se paró el reloj y ahí quedaron, sobre el papel,...
La ciudad se detuvo aquel lejano 15 de marzo. Se paró el reloj y ahí quedaron, sobre el papel, esos viajes soñados. Escaparates invernales a los que aún no ha llegado la primavera. Obras de teatro, películas o conciertos con fechas que nunca disfrutamos. Un letargo visible a lo largo de la ciudad. Nos encerramos con la esperanza de volver pronto pero ni nos enteramos de marzo, perdimos abril y se nos echó encima mayo. Imposible retroceder el reloj aunque sí recuperar las ilusiones pendientes. 52 días después la ciudad se descongela, se va despertando con ganas de cambiar, esperando unos nuevos y mejores tiempos.