Elecciones del 12-J

Ciudadanos se vale del PP para irrumpir en el Parlamento vasco

El partido sigue sin penetrar en Galicia, pierde votos y es superado por Vox

El líder de la coalición PP+Cs, el popular Carlos Iturgaiz Ángel de Antonio
Juan Casillas Bayo

Juan Casillas Bayo

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La tendencia negativa de Ciudadanos (Cs) continúa en las elecciones . Noche difícil la de ayer para los liberales, que vivían los primeros comicios tras el desplome del 10-N en sus dos feudos malditos: Galicia y el País Vasco . En tierra de Alberto Núñez Feijóo , que ayer enlazó su cuarta mayoría absoluta consecutiva , aspiraban a doblar el pulso a las encuestas y entrar en el Parlamento gallego por primera vez. El objetivo era similar en el País Vasco, pero allí se anhelaba, con la coalición PP+Cs , mantener al menos los nueve escaños que lograron los populares en 2016. La suma finalmente restó y la alianza constitucionalista se quedó en cinco diputados que, sin embargo, por primera vez dan voz a los liberales en esa comunidad.

Y eso, sin duda, endulzó ayer el paladar de la ejecutiva de Cs, que se aferrará a lo tangible para celebrar el éxito en los malos tiempos. Si bien en Galicia Cs siempre ha sido una fuerza extraparlamentaria, la pérdida de votos es dramática. Con más del 99 por ciento escrutado, en las urnas había casi 39.000 papeletas naranjas menos que en 2016. Y no solo eso, sino que el partido de Inés Arrimadas vio cómo el «sorpasso» que le dio Vox en las últimas generales también se trasladaba al escenario gallego.

No obstante, la coalición negociada en el País Vasco, con dos puestos de salida para Cs, fructificó ayer en la entrada de José Manuel Gil como diputado autonómico vasco. Rozó el escaño por Vizcaya Luis Gordillo . Aquel reparto generó un cisma entre Génova y el PP vasco que terminó en la brusca salida de Alfonso Alonso y en la designación de Carlos Iturgaiz como candidato. Una operación que no ha cuajado, pero de la que Cs sale beneficiado con un parlamentario más de los que tenía hasta la fecha: ninguno.

Al término del recuento electoral, la coalición PP+Cs sumó 60.299 votos. Un claro ejemplo de que en política uno más uno no siempre son dos, con los datos del 2016 en la mano. Entonces, el PP se fue a los 107.357 votos y Cs arañó 21.362 papeletas. Ayer Vox con solo 17.517 votos obtuvo el escaño por Álava que se le escapó hace cuatro años a Cs. Pero en Galicia, la comparativa es peor si cabe para los liberales. En Cs se repetían que si cosechaban en Pontevedra los más de 23.000 votos que obtuvieron el 10-N en un «mal resultado», lograrían el escaño de Beatriz Pino . Pero ayer, en toda Galicia, solo 9.714 personas (0,75%), con el 99 por ciento escrutado, votaron Cs. En 2016 fueron 48.103.

Contra el nacionalismo

En Cs son conscientes del mal resultado obtenido en Galicia, pero ayer se produjo un cierre de filas en torno a Pino. Fuentes del partido reconocieron su trabajo «en las circunstancias más difíciles» y manifestaron estar convencidas de que «el centro llegará a Galicia» y de que el auge del BNG , que ayer se convirtió en segunda fuerza, demuestra por qué sí es «necesario» un partido como Cs en esa comunidad.

En el País Vasco los liberales hicieron una lectura partidista del resultado de la coalición y celebraron su entrada en el Parlamento. Allí, el PNV reeditará pacto de gobierno con el PSE , Vox logró también irrumpir en la cámara con un diputado y EH Bildu se asentó con veintidós escaños en la segunda posición. Cs promete «firmeza» ante el nacionalismo.

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