Ciudadanos registra una reforma de la ley electoral para cambiar el sistema D'Hondt por uno más proporcional

Los liberales 'olvidan' su propuesta de establecer un corte nacional del tres por ciento del voto para obtener representación, pero mantienen otras como prohibir que concurran los prófugos o fijar que haya al menos dos debates en campaña electoral

Edmundo Bal y Sara Giménez, este jueves, sentados en sus escaños, en la bancada de Cs Ep
Juan Casillas Bayo

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El cambio de la ley electoral por una que permita mayor proporcionalidad en los resultados es una de las obsesiones de Ciudadanos (Cs) desde que se presentó por primera vez a unas elecciones generales , allá por 2015. Nunca ha contado con respaldo en el Congreso para sacar adelante una reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General ( Loreg ), pero no pierde su tenacidad. Esta vez, plantea una regulación ambiciosa que sustituye el sistema D'Hondt , denostado por los partidos que surgieron como contestación al bipartidismo, por la cuota Hare .

En plena campaña de las elecciones andaluzas y durante un debate en el Congreso para terminar definitivamente con el voto rogado , el diputado Juan Ignacio López-Bas ha anunciado la proposición de ley registrada por su grupo este mismo jueves. La iniciativa, que presenta junto a Edmundo Bal y José María Espejo-Saavedra , consta de treinta páginas en las que Cs plantea una serie de modificaciones a la ley electoral vigente, entre las que destacan la nueva distribución de diputados por provincia y el nuevo sistema para calcular el número de escaños que le corresponden a cada partido.

Fuentes del partido liberal consultadas por ABC defienden sobre todo la mayor proporcionalidad que permitiría esta ley, frente al método D'Hondt, en el que hay una gran diferencia entre los votos que necesitan un partido y otro para conseguir escaño. En los comicios del 10-N , en 2019, por ejemplo, Cs necesitó 163.774 papeletas por cada uno de sus diez diputados por las 56.285 que bastaron al PSOE para cada uno de sus 120 asientos en la Cámara Baja.

Si la actual ley electoral establece en su artículo 162 que cada provincia debe tener un mínimo de dos diputados y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, uno cada una, Cs reduce el número mínimo para las provincias también a uno . En su texto, los liberales mantienen que los 298 diputados restantes -antes 248- se distribuyan por su peso poblacional . La modificación más sustancial es la del siguiente artículo, el 163, en el que los liberales sustituyen la ley D'Hondt por la cuota Hare, basada en un sistema inventado por el matemático alemán Niemeyer .

Si se aplica la cuota Hare a las elecciones de noviembre del 2019, el reparto de escaños habría quedado de la siguiente manera: PSOE, 100; PP , 82; Vox , 57; Unidas Podemos (incluido En Comú Podem), 49; Ciudadanos, 17; ERC , 12; Junts , 7; PNV , 6; EH Bildu , 5; CUP , 3; Más País , 2; Compromís , 2; Coalición Canaria , 2; BNG , 2; Navarra Suma , 2; PRC , 1; y Teruel Existe , 1. Con este sistema, pues, se observa una significativa pérdida de escaños en los dos principales partidos, PSOE (-20) y PP (-7), de la que sobre todo se benefician los otros tres partidos nacionales con cinco escaños más para Vox, catorce más para Unidas Podemos y siete más para Cs. En el resto de partidos apenas hay variaciones: pierden uno ERC y Junts, y ganan uno la CUP, Compromís y el BNG.

Pero la mayor proporcionalidad se refleja sobre todo en el número de votos que necesitan los partidos de ámbito nacional para obtener escaños. Si con D'Hondt el PSOE y el PP requirieron tan solo algo más de 56.000 votos, Vox más de 70.000, Unidas Podemos más de 91.000 y Cs más de 163.000, con Hare se equilibra la balanza: el PSOE habría necesitado 67.542 votos por escaño, el PP 61.229, Vox 63.867, Unidas Podemos 62.232 y Cs 96.337.

Otros cambios

En su ley, Cs conserva el actual corte del tres por ciento del voto en cada circunscripción para optar a obtener representación, pero renuncia a la apuesta de Albert Rivera por imponer también un corte del tres por ciento del voto a nivel nacional. Esa idea se promovió en su día por la dificultad de los partidos nacionalistas de llegar a esa barrera, lo que complicaría en sumo grado su acceso al Congreso, pero sin llegar al extremo de ilegalizarlos como propone Vox. Ahora, en un momento delicado de Cs, en el que lucha por su propia supervivencia, 'olvida' esa modificación.

La que sí recoge en su proposición de ley es la de blindar legislativamente que se celebren, al menos, dos debates durante la campaña electoral . Ambos deberían retransmitirse en televisión pública de cobertura nacional y como mínimo -no fija máximo- tendrían que participar candidatos de todos los partidos con grupo parlamentario propio en la Cámara Baja. Los liberales también pretenden añadir a las causas de inelegibilidad estar huido de la Justicia , en un claro deseo de evitar que se repita lo sucedido con Carles Puigdemont y algunos de sus antiguos consejeros. La propuesta de Cs, la enésima en materia electoral, tiene pocos visos de prosperar por la negativa del bipartidismo, especialmente del PSOE, a modificar la materia.

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