Ciudadanos blinda su Ejecutiva tras el pucherazo en Castilla y León
La dirección deja en manos de la Comisión de Garantías las posibles sanciones
El Comité Ejecutivo de Ciudadanos se reunió ayer de forma ordinaria, pero no con la normalidad que acostumbra. Habitualmente, se toman imágenes al inicio del encuentro y se convoca a los periodistas a una rueda de prensa posterior. No hubo nada de eso. La justificación desde el partido es que la portavoz nacional, Inés Arrimadas , ya iba a atender a los medios en la ronda de declaraciones que ofrecen los grupos parlamentarios del Parlamento catalán.
En el aire flotaba aún el pucherazo en Castilla y León, donde la Comisión de Garantías y Valores de los liberales anuló el resultado de las primarias y reconoció la victoria de Francisco Igea tras detectarse 82 votos fraudulentos a su rival y apuesta del aparato, Silvia Clemente. Arrimadas contestó las pocas preguntas que se le formularon sobre el tema, pero de sus palabras no se desprendió ninguna novedad respecto a la postura ya manifestada el lunes por José Manuel Villegas y por Albert Rivera.
La única decisión que trascendió de la Ejecutiva fue la de ir en coalición con UPN a las próximas elecciones. Fuentes cercanas a la dirección del partido alegaron que respecto a la situación en Castilla y León es la Comisión de Garantías quien debe pronunciarse en todo caso, y que no tiene por qué hacerlo, ya que solamente promueve sanciones si lo ve oportuno.
El propio Igea trató de rebajar ayer la tensión al afirmar que el liderazgo de Rivera no se ha resentido por las «irregularidades» detectadas ya que mantuvo «una exquisita neutralidad». Eso sí, señaló que los encargados de analizar lo ocurrido «actuarán en consecuencia». Fue más duro el procurador de Cs en las Cortes de Castilla y León Manuel Mitadiel, apoyo de Igea en las primarias, quien instó a esta Comisión a llevar el caso a la Justicia si detectaba algún delito.
Porcentaje erróneo
El escándalo de las primarias de Ciudadanos en Castilla y León podría haber sido detectado por el propio partido instantes después de que se conocieran los resultados si hubieran aplicado unas simples sumas . No fue así.
Tras permitir que Igea fuera el primero en anunciar su derrota pasadas la una y media de la tarde del sábado, la formación comunicó a los medios el número de votos que habían recibido en teoría los tres candidatos (561 para Clemente, 526 para Igea y 7 para Vanesa Conde). En total, 1.094 sufragios. Sin embargo, a las 14.20 horas se remitía un correo electrónico que daba por ganadora a la ex del PP y le atribuía el 55 por ciento de los votos.
Ahí debieron ver que algo fallaba porque ese porcentaje solo podía resultar si se tenía el dato de los 1.012 votos reales registrados —si la regla de tres se hubiera hecho con los 1.094, el apoyo a la segoviana bajaba al 51 por ciento—. Ya tenían en ese momento en sus manos las cifras buenas y las «malas» -con los 82 votos irregulares-, pero hasta casi 48 horas después y tras la impugnación del teórico perdedor no reconocieron su «robusto» error.
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