Cifuentes medita exigir su propio código ético a todo el PP
Madrid elevó el listón al acordar el cese fulminante de un imputado por corrupción. Génova solo abre expediente con juicio oral
El equipo de Cristina Cifuentes medita presentar una enmienda al articulado de los estatutos del PP que recoge el régimen disciplinario del partido ante casos de corrupción y que mantiene que se abrirá expediente a un militante si hay un juicio oral contra él. La presidenta madrileña, sin embargo, dispuso para su gobierno y la gestora del partido regional que preside, un código ético mucho más estricto, en los niveles de los compromisos firmados por el PP con Ciudadanos.
Principalmente, el PP de Madrid acuerda el cese fulminante de todos los cargos de quien sea imputado por corrupción. El exdiputado regional y exalcalde de Móstoles Daniel Ortiz dimitió por estar formalmente investigado por el juez de la Púnica en julio, siendo el primero en «probar» el régimen Cifuentes.
Génova también planteó endurecer su régimen disciplinario, pero la muerte de Rita Barberá, apartada por el partido tras ser imputada por el Supremo, frenó en seco los planes de elevar ese listón, que «destruye la presunción de inocencia», según la dirección nacional. Los estatutos diseñados por el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, mantienen el nivel de los actuales y establecen la expulsión del PP cuando haya sentencia firme condenatoria. El Comité de Derechos y Garantías se limita a abrir un expediente si hay juicio oral.
La organización madrileña sopesa ahora introducir enmiendas a la ponencia de estatutos y exigir el mismo listón de su código ético interno a todo el PP. «La grave situación de corrupción nos obliga a ser ejemplares», indican desde el núcleo duro de Cifuentes, que por ser la presidenta y anfitriona del XVIII Congreso, que se celebrará entre el 10 y 12 de febrero, se abstendrá. El encargado de defender las enmiendas de la organización madrileña será su mano derecha en el Gobierno, Ángel Garrido
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