Cayetana Álvarez de Toledo se rebela contra el expediente del PP por romper la disciplina de voto

La diputada por Barcelona y exportavoz parlamentaria del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo , se rebela contra la decisión del Grupo Popular en el Congreso de abrirle un expediente disciplinario . En una carta remitida al secretario general del grupo, Guillermo Mariscal , la parlamentaria da por no recibida la misiva en la que se le comunicaban las acciones disciplinarias por haber roto la disciplina de voto en la elección de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional (TC). Ella misma afirmó en una entrevista que había votado en blanco y no a favor de la elección pactada por el PP con el Gobierno, que incluía el nombramiento de Enrique Arnaldo, criticado por los partidos de izquierda por su «proximidad» a los de Pablo Casado.

En su carta, a la que ha tenido acceso ABC, Álvarez de Toledo sostiene que en realidad su voto sí fue acorde con «la línea del partido» y que lo que la contradijo fue, afirma textualmente, «el voto a favor». Abundando en el argumento, la parlamentaria sostiene que el voto a favor para renovar parcialmente el TC supuso una «autoimpugnación» de las posiciones del primer partido de la oposición, «señaladament», a su juicio, las que mantiene sobre la necesaria despolitización del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Para la exportavoz, «exigir la despolitización del CGPJ mientras se politiza el TC es caer en una incongruencia debilitante».

Por otra parte, Álvarez de Toledo no se da por enterada del expediente de su partido con el argumento de que los estatutos del Grupo Popular no son, aduce, de consulta pública. Algo que vulneraría «el principio jurídico y constitucional de la publicidad de las normas, la legalidad del procedimiento sancionador y el compromiso con la transparencia asumido por el PP».

Según su relato, ella misma pidió esos Estatutos tras recibir con fecha 30 de noviembre la carta en la que se le comunicaba la incoación del expediente sancionador. Y le fueron entregados en la misma Cámara Baja, tal y como detalla: «Solicité los Estatutos, insistiendo en la inaceptable condición de su secreto. Unas horas más tarde, ya en mi escaño, se me acercó un ujier y me entregó un sobre cerrado con la copia de un documento que deduzco que son los Estatutos auténticos y vigentes».