Curri Valenzuela
Cataluña propicia el pacto
Mariano Rajoy tiene prisa para ser investido presidente del Gobierno en una segunda votación, a primeros de febrero, con el visto bueno de PSOE y Ciudadanos. El calendario catalán, cree, le es propicio para lograr un acuerdo con Pedro Sánchez al que este se sigue oponiendo de momento porque le ayudaría a sacudirse de encima la sombra de Susana Díaz.
El presidente en funciones acudió ayer a la COPE para contar a Carlos Herrera lo que no pudo decirle en persona al secretario general del PSOE cuando se entrevistó con él: que está dispuesto a liderar una gran coalición con un límite en el tiempo para efectuar reformas de calado que frenen el independentismo catalán y auyenten la inestabilidad. Sin líneas rojas, añadió ayer.
En aquel encuentro Sánchez dijo no antes de que Rajoy formulara su propuesta. Estaban demasiado recientes las mutuas acusaciones de «deshonesto» y «miserable» que se habían dedicado una semana antes. Pero, aparte de que el espíritu navideño suaviza los corazones, desde entonces han ocurrido acontecimientos importantes que hacen creer a Rajoy que el socialista puede haberse vuelto más receptible.
Por una parte, el calendario catalán, con la previsión de elecciones autonómicas a finales de marzo tras una campaña que, a falta de un acuerdo en Madrid, se llevaría a cabo en medio de un enorme vacío político nacional. Si el PSOE se opone a la investidura de Rajoy por mayoría simple en una segunda oportunidad y persiste en su intento de que Sánchez trate de formar Gobierno, los catalanes irán a las urnas con los partidos nacionales a la greña y la casi certeza de nuevas elecciones generales en el mes de mayo, toda una prueba para la estabilidad económica.
Además, la crisis interna que ha estallado dentro del PSOE puede animar a su secretario general a sentarse a negociar con Rajoy, para que no trate de hacerlo Susana Díaz, y a acelerar el apoyo de los socialistas al candidato del PP, para que a la presidenta andaluza no le de tiempo de desalojarle.
Por todo ello quien aún ocupa La Moncloa y quiere seguir allí sin demorar el momento de su investidura más de lo estrictamente necesario llamará en los próximos días al todavía dirigente socialista con el propósito de que esta vez le escuche y después medite lo que le quiere ofrecer. Parece que les interesa a los dos, aunque ayer la otra `parte se opuso de nuevo. Y a España también.