Caso Nóos
Salvador Trintxet, el buen samaritano
Acusado solo por Manos Limpias, lleva cada día bocadillos a su compañero Miguel Ángel Bonet, preso por otra causa
Salvador Trintxet , para quien la acusación popular pide tres años de cárcel por blanqueo, se ha ganado la simpatía de todos sus compañeros de banquillo. Extrovertido, educado y siempre con una sonrisa en el rostro, este asesor fiscal es, además, un tipo sensible. Cada mañana, en una bolsa de plástico blanco, trae un par de bocadillos al único de los acusados que está en prisión, Miguel Ángel Bonet , para que se lo coma en el receso de media mañana. Lo hizo desde que se enteró de que el recluso, por los horarios del juicio, perdía el turno de comida del centro penitenciario.
La presidenta del tribunal, Samantha Romero , también tomó cartas en el asunto cuando se enteró de los problemas de este acusado para comer en la cárcel, por lo que hizo las gestiones oportunas para que se solucionara el problema. Aun así, Trintxet le sigue llevando el bocadillo, agua o refresco, y un café cuando lo desea. Todo lo paga de su bolsillo.
Trintxet charla animadamente con la Infanta, a cuya izquierda se sienta, y también con el exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau , la ex consejera delegada de Madrid 2016 Mercedes Coghen y la mujer de Diego Torres , Ana María Tejeiro . Se nota que el roce ha abierto paso a la confianza y dentro del difícil trago por el que están pasando todos hay entre ellos cordialidad.
Ayer Iñaki Urdangarín y Doña Cristina recibieron la visita de dos hermanos del primero, Miguel y Clara . El marido de la Infanta continuó con su sistemática toma de notas, para las que utiliza un bolígrafo azul y otro rojo. Por lo demás, los acusados valencianos parecen haber hecho piña, mientras que los de Baleares no parece que tanto.
Por su parte, Doña Cristina tomaba notas en un diminuto cuaderno y a duras penas superaba el sopor que a muchos invadía en la sala por las interminables respuestas de Diego Torres, que no quería desaprovechar su momento: «Me he preparado cinco años», dijo a sus compañeros.
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