Casado acelera el relevo en el PP vasco tras la marcha de Sémper
El líder de los populares refuerza a sus fieles en puestos clave del partido
El Partido Popular tiene un problema en el País Vasco, donde se quedó en blanco en las generales de abril, y en noviembre solo consiguió un escaño de rebote. Los comicios municipales del pasado mes de mayo sirvieron para confirmar el peligroso descenso hacia la irrelevancia que ha tomado el partido en esa Comunidad, sin que por ahora dé síntomas de recuperación. Con una dirección autonómica del partido que no oculta sus diferencias respecto a Génova, Pablo Casado mide los tiempos y poco a poco va colocando a su equipo en puestos internos clave del País Vasco, a la espera de que se produzca un relevo que no sea traumático para nadie.
El líder del PP ha encontrado otra oportunidad para avanzar en sus posiciones con la salida de Borja Sémper . Sin perder tiempo, el concejal de San Sebastián Borja Corominas sustituirá a Sémper como presidente interino del PP de Guipúzcoa. Corominas fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid con Esperanza Aguirre , y en Génova lo consideran de confianza dentro de su proyecto de renovación.
Casado ya situó a uno de sus fieles, Íñigo Arcauz , como número uno del PP para las elecciones generales por Guipúzcoa, muy a pesar del criterio de Sémper. El líder del PP apostó por Beatriz Fanjul como número uno por Vizcaya, y logró el diputado 89 en las elecciones del 10 de noviembre. En Vizcaya, la presidenta provincial, Raquel González , apoyó a Casado en las primarias del partido, y es otro de los puntales del equipo del líder del PP en el País Vasco.
Casado avanza así en sus posiciones en una Comunidad que de forma mayoritaria apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias del partido del verano de 2018, con Alfonso Alonso a la cabeza. El presidente del PP vasco no ha ocultado sus diferencias con Casado, sobre todo cuando este endureció su discurso, meses atrás, para frenar la sangría de votos que se marchaba a Vox. Las aguas ahora están más tranquilas dentro del PP, entre Génova y todos los barones, pero existe un poso de desconfianza, relacionado con dos proyectos populares que pertenecen ya a épocas distintas.
La renovación que quiere impulsar Casado en el País Vasco, y que podría consumarse después de las próximas elecciones autonómicas, va unida a un acercamiento a la vieja guardia y a una recuperación de las «esencias» del PP vasco. El presidente del PP ha intentado atraer a María San Gil a su proyecto de forma activa, de momento sin éxito. Y todos vieron un gesto muy significativo la presencia por sorpresa de Casado en un acto de la Fundación Villacisneros, con la participación de Mayor Oreja , otro peso pesado de la vieja guardia, distanciado del PP de Rajoy y Santamaría. Génova quiere un PP vasco que vuelva a ser referente claro del constitucionalismo y marque de forma muy clara las distancias con el PNV.
Una consecuencia «natural»
Salvo episodios puntuales, ambas corrientes conviven en el seno del PP vasco sin que se hayan producido hasta la fecha enfrentamientos traumáticos. En un sector del partido asumen el mayor peso de los dirigentes «casadistas» como una «consecuencia natural» del cambio de rumbo en Génova . Otros dirigentes celebran que, dentro de la moderación, vuelvan a «aflorar sensibilidades» de la vieja guardia para ofrecer un discurso «firme y sin complejos» contra el nacionalismo. En todo caso, subrayan que las posibles diferencias que surjan conviene digerirlas a nivel interno para no alimentar la «crispación».
Noticias relacionadas