Carmen Calvo loa la figura de Largo Caballero, el Lenin español
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Memoria Democrática, ha afirmado que «la figura de Largo Caballero es una con la que nos podemos seguir identificando», sobre todo su «defensa de la clase trabajadora»
La vicepresidenta del Gobierno, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática , Carmen Calvo ha homenajeado esta tarde a Francisco Largo Caballero quien fuera secreatario general de la UGT y presidente del Gobierno en la II República.
El recordatorio ha tenido lugar en el 75 aniversario del fallecimiento del que fuera líder del ala más radical del PSOE.
Calvo ha afirmado que «la figura de Largo Caballero es una con la que nos podemos seguir identificando», sobre todo su «defensa de la clase trabajadora» como «la mejor manera de estar y de participar en un país en ebullición».
La ministra de Memoria Demócratico ha recordado el compromiso político y social supuso el líder sindical y expresidente del Gobierno en la II República entre 1936 y 1937: «Lo pagó tan caro como el exilio, la represión, el campo de concentración y el sinfín de sufrimientos que compartió con tantos compatriotas».
Aunque durante su primera etapa como ministro de Trabajo tras la proclamación de la Segunda República en 1931 mantuvo un perfil moderado e incluso tildado de conservador, Largo Caballero dio un giro y se convirtió en uno de los personajes más revolucinarios , que él mismo definió en 1933 como «giro bolchevique».
Esta radicalización de su discurso, en defensa de una dictadura del proletariado, al estilo soviético, tras la caída del Gobierno de Azaña y fue durante la campaña electoral cuando comenzó a ser aclamado como «el Lenin español». Este acercamiento con los comunistas motivió en las sombras la Revolución de Octubre de 1934, aunque siempre negó cualquier responsabilidad sobre aquellos días.
En diciembre de 1936, Stalin, Molotov y Voroshilov enviaron una serie de cartas a Largo Caballero tratando de dictar la política que debían seguir los republicanos de puertas para dentro. Es conocida la correspondencia mantenida entre el genocida ruso y el radical español durante los años de la Guerra Civil, y daban cuenta de la complicidad que había entre ambos personajes.
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