Las dos caras de los cuidadores en residencias: contagio y confinamiento con los mayores
Separados por un cristal convertido en barrera contra el virus, Idoia juega con su gato. Hace...
Separados por un cristal convertido en barrera contra el virus, Idoia juega con su gato. Hace 12 días que permanece aislada en su propia casa. Es una de las 25 trabajadoras infectadas de una residencia de mayores en Guipuzcoa, donde el coronavirus ya se ha llevado a 5 residentes. Su marido la cuida con precauciones de andar por casa y sin renunciar a la esperanza de llevarse una alegría cuando todo esto termine.En la vecina Vizcaya, los 47 trabajadores de la residencia Calzada de Gernika se convierten en pioneros, ahora vivirán con su otra familia. Se saben potenciales portadores del virus, pero se reafirman como arquitectos de lo humano, de su vocación por acompañar. Aunque a veces tengan que improsivar, no importa. Porque están en las mejores manos posibles