Camastro de cemento y manta para Ignacio González

Una cámara de vigilancia, la única compañía del expresidente durante las dos noches de su detención en una de las dieciocho celdas de Tres Cantos

González, a su llegada a la Comandancia de la Guardia Civil en Tres Cantos, Madrid, la madrugada del miércoles EFE

Ignacio González ha pasado su segunda noche en una aséptica celda de seis metros cuadrados en los calabozos de la Guardia Civil de Tres Cantos. El expresidente de Madrid ha dormido, como los otros seis arrestados ingresados en esas dependencias, sobre un camastro de cemento provisto únicamente de un colchón desinfectado con una cárcher y una fina manta para cubrirse. En esas 18 celdas (dos son dobles), más peladas que las de un eremita, no hay absolutamente nada más, salvo una cámara de vídeo vigilancia colocada encima de la puerta, cuyo ojo controla el habitáculo completo, y un timbre desde el que González o cualquier ladrón que acabe detenido ahí puede avisar al guardia encargado de la custodia.

Si el preso necesita ir al baño, solo tiene que accionar ese timbre. El agente desde un habitáculo acristalado en el centro de la estancia tiene control visual de las puertas cuando las abre y las cierra, además de ver cada calabozo en los monitores. Las celdas no tienen ventanas y los entre cinco y seis metros de media de cada una están construidos con los bordes redondeados para impedir que un detenido pueda autolesionarse.

La salida al aseo es la única posible en esa dependencia, aunque el arrestado no puede ducharse ni afeitarse, ni tampoco cambiarse de ropa salvo alguna emergencia durante ese plazo de detención hasta ser puesto a disposición judicial: 48 horas para mirar el cemento de la pared y reflexionar. A la entrada del centro de detención hay otras dos dependencias por las que también ha pasado el que fuera presidente de los madrileños, como el resto: una sala de reseñas, donde se le toman las huellas y se la hace la ficha policial y otra sala de declaraciones para comparecer ante los investigadores y reunirse con los abogados.

La otra «distracción» posible son las horas de las tres comidas. Se trata de tres tipos de bandejas frugales , muy similares, plastificadas, con cubiertos y vasos del mismo material, y elaboradas a base de batido o zumo, barritas energéticas, sándwich, galletas y alimentos de ese tipo; lo justo para alimentarse y no vulnerar credos. Los celiacos y alérgicos se tienen en cuenta.

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