Sánchez retrasa la mesa de diálogo hasta después de las elecciones catalanas pero se verá el día 6 con Torra

Moncloa matiza a la vicepresidenta Carmen Calvo aunque rebaja la excepcionalidad del encuentro

Víctor Ruiz de Almirón

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La maniobra de Quim Torra , anunciar elecciones pero sin fijar la fecha , enturbia el panorama político de la legislatura nacional. Y los inminentes acontecimientos, como la reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra, se ven alterados.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta , ha insistido esta mañana en que la cita «merece la pena» pese a la provisionalidad de Torra. En el Gobierno, desde donde siguen considerando que en tanto sea presidente es un interlocutor válido, saben que la nueva situación cambia los términos del debate.

En La Moncloa ya asumen que entramos en «dinámica electoral» y que la guerra en las filas independentistas hará imposible que haya nada concreto. Ni por supuesto que los independentistas asuman posiciones más conciliadoras.

Pero atrapado ya en la reunión del próximo 6 de febrero , el Gobierno intenta marcar los límites del encuentro. La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha enfriado hoy jueves la reunión al asegurar que «de producirse» debe hacerlo «en términos constructivos, dialogantes y realistas» .

Ha dicho la número dos del Gobierno que lo demás está en un plano «que no tiene que ver con realidad». Y ha advertido que la reunión «no se produce» para hablar «de algunos planteamientos y que nada tienen que ver», en referencia con el referéndum y la amnistía.

El Gobierno endurece parcialmente el tono ya que en los últimos tiempos estaba defendiendo que en estos contactos al menos se podían exponer todos los planteamientos.

Calvo sí ha considerado positivo que Cataluña vaya a tener unos presupuestos, pero a la vez ha pedido que se conozca ya cuándo serían las elecciones: «Cuantos antes la propia sociedad catalana tenga seguridad de cuándo tiene o no tiene elecciones también mejor».

Lo cierto es que la incertidumbre en la fecha afecta al calendario del Gobierno para la tramitación de sus propios Presupuestos . Ya que de producirse en pleno periodo electoral tendrán nulas posibilidades de éxito.

El Gobierno intenta capitalizar la bandera del diálogo diciendo que ellos ya están «en condiciones» de formar la mesa de negociación entre gobiernos. Intentando trasladar la idea que es el independentismo quien no está ahora en esa posición. Calvo ha defendido esa vía advirtiendo de que «quien quiera estar en otra cosa tiene que sacar lecciones de lo que ha ocurrido en los últimos años».

El Gobierno matiza después a Calvo

Tras las palabras de Calvo, el Gobierno ha emitido un comunicando precisando su postura. En primer término «respeta» la decisión de Torra de convocar de forma anticipada las elecciones catalanas.

Manifiesta el Gobierno que «mantiene su voluntad de iniciar el proceso de diálogo con las instituciones catalanas para resolver el conflicto político», pero a continuación plantea «iniciar dicho diálogo en cuanto haya hablado el pueblo catalán y se constituya el nuevo Parlament, así como el nuevo Govern». Es decir, se retrasa esta mesa de negociación pactada entre PSOE y ERC que debía crearse quince días después de formar Gobierno. Es decir, que ya debería estar creándose.

El Ejecutivo traslada la responsabilidad del retraso a la decisión de Torra, y plantea que «cuanto antes se celebren las elecciones y haya nuevo Govern, antes iniciaremos el diálogo». Es clave esto porque Moncloa quiere elecciones cuanto antes. Para que el calendario quede despejado para la tramitación de los Presupuestos. El planteamiento de calendario hecho por Torra sitúa las elecciones en torno al mes de junio.

Eso sí, el Gobierno defiende que esas elecciones no impiden la «necesaria relación entre administraciones para resolver los problemas urgentes de la sociedad catalana». Y pone de ejemplo la necesidad de colaboración entre administraciones a cuenta de la borrasca Gloria. Tras las dudas expresadas por Calvo , Moncloa asegura que «como no podía ser de otra manera» se mantiene la voluntad de reunirse con Torra el próximo 6 de febrero. Y además anuncia que Sánchez se quedará un día más en Barcelona para reunirse el día 7 con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y con la presidenta de la Diputación de Barcelona, Nuria Marín, además de con la entidad ‘Barcelona Global’, que en engloba a 221 empresas, centros de investigación, emprendedores, escuelas de negocio, universidades e instituciones culturales.

Sánchez mantiene la reunión con Torra, pero ésta deja de ser una reunión preparatoria de la mesa de diálogo y se intenta enmarcar en la normalidad institucional, un marco que desecha la Generalitat de Cataluña.

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