JOSE MANUEL SORIA, exministro de Industria
La caída del hombre fuerte del PP canario
La sombra de los negocios familiares acaba con una carrera marcada por un ascenso constante
![El dimitido ministro José Manuel Soria](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2016/04/16/51510756--620x349.jpg)
Alto, atlético, sobriamente elegante, de buena planta y con un don para hablar en público. A quienes conocen desde hace años a José Manuel Soria no deja de llamarles la atención la manera en que se ha apagado su estrella, tras cuatro días de infierno ligados a los paraísos fiscales donde estaban domiciliados algunos de los negocios familiares.
«Ha hecho todo mal, de una manera tan torpe y apresurada que no parece ser él» , dicen algunos de sus colaboradores cercanos. «Su caída lleva el sello de la casa, porque mantuvo su aire soberbio y su tendencia a la mentira aun cuando ya todo era muy evidente», apuntan del otro lado algunos de sus clásicos enemigos.
Que los ha tenido, y muchos, a lo largo de toda su carrera política, que ha seguido una línea siempre ascendente desde que en 1995 se presentó por el Partido Popular a la Alcaldía de la ciudad más poblada de su tierra, Las Palmas de Gran Canaria.
Atrás en el tiempo quedaban sus estudios en Inglaterra, su exitosa oposición para ser técnico comercial del Estado , su paso por la empresa privada y los últimos años de la empresa familiar, dedicada a la exportación de frutas y hortalizas desde el archipiélago .
Como alcalde de la capital canaria fue un verdadero fenómeno de masas, al menos a escala isleña. En los barrios llegaron a formarse clubs de fans dedicados a su figura, que en Madrid no pasaba de ser la de un tipo parecido a Aznar , pero en su isla crecía imparable.
Heredó una situación política y económica desastrosa, pero entregó la ciudad ocho años más tarde con una mejoría que no solo se traducía en votos, sino en el reconocimiento, en privado, hasta de sus adversarios. Mientras tanto, en 1999 se hizo con las riendas del PP del Archipiélago, que llevó hasta ayer con mano firme .
Como presidente del Cabildo de Gran Canaria (2003-2007), su siguiente paso, se abrió a las relaciones con el mundo entero. Su presencia en la fiesta de cumpleaños de Mario Vargas Llosa en Madrid hace pocos días no se debe a su papel como ministro, sino a una relación que floreció al establecer el Cabildo un «Foro Vargas Llosa» en Gran Canaria , cuando el Nobel no era aún Nobel.
Pero ese paso por la institución insular le trajo el primer gran dolor de cabeza, el «caso Salmón» , cuando viajó a Noruega a pescar invitado por un empresario de este país que en ese momento tramitaba licencias turísticas en la isla. El TSJ canario archivó el caso por no apreciar cohecho.
Su llegada al Gobierno de Canarias le granjeó un nuevo enemigo, Paulino Rivero , con quien pactó ser su vicepresidente, pero con el que, ya siendo ministro, mantuvo un duro enfrentamiento a cuenta de las autorizaciones a Repsol para buscar petróleo cerca de las Islas. Era ministro de Rajoy tras significarse dentro de su bando en el congreso de 2008 en Valencia que le dio la victoria frente al aznarismo.
Su enfrentamiento con el «lobby» de las renovables -aunque las grandes eléctricas tampoco lo tenían en un altar- y la manera en que se opuso a la absorción de La Sexta por parte de Antena 3 tampoco hicieron que creciera su lista de amigos.
En el seno del Gobierno eran conocidas sus afinidades, que no incluían a Soraya Sáenz de Santamaría ni a Cristóbal Montoro , pero Rajoy, que frecuentaba Gran Canaria por motivos familiares, siempre lo consideró algo más que un compañero de partido. Hacia el presidente apuntan hoy para encontrar al más decepcionado por la triste forma en que acabó su carrera política.