Curri Valenzuela

Cada cual a lo suyo

«Cañamero aprovechó para pedir el indulto a Catalá sin saber que un ministro en funciones no puede darlo»

Un ciudadano, ayer, reclamando sentido común ÓSCAR DEL POZO
Curri Valenzuela

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El ministro de Justicia en funciones, Rafael Catal á, llegó corriendo porque tenía concertada una cita para antes de que comenzara el pleno con el diputado de Podemos Diego Cañamero , aquel sindicalista andaluz que robaba carros del Mercadona en beneficio de los parados, centrado ahora en conseguir que el Gobierno indulte a su amigo y compañero Andrés Bodalo , el concejal de Jaén que lleva cuatro meses en la cárcel por propinar un puñetazo en la barriga a un edil socialista, con el agravante de agredir anteriormente a varios policías.

Cuando le llega la hora de hablar en la tribuna, Pablo Iglesias da —como hizo ayer— mítines acalorados en contra de los usos de la vieja política. De esos que luego pretende abusar cuando la cosa atañe a los suyos.

Por lo demás, el pleno de ayer fue una réplica manida del vivido 48 horas antes. Como dijo en el patio Jorge Fernández , ministro de Interior en funciones, «hemos vivido la segunda parte del "no"». Los argumentos fueron los mismos, aunque Rajoy puso más brío al defender los suyos, a Pedro Sánchez se le vio más agarrotado y Albert Rivera ponía cara de resignación al verse convertido en objeto de críticas de todos los portavoces que añaden su nombre al del candidato del PP para denostarle cuando suben al estrado.

En los pasillos, los del Gobierno se esforzaban en transmitir el mensaje del coste económico que para los españoles va a suponer la continuación del bloqueo político. «Hasta ahora hemos sobrevivido bien gracias a la inercia de nuestra gestión anterior, pero esa inercia se está acabando», comentaba Soraya Sáez de Santamaría . Los del Ejecutivo en funciones están mermando, ya solo ocupan poco más de la mitad de los escaños del banco azul puesto que Rajoy no repone los ministros que se van. Así que Fátima Báñez , que compagina Empleo y Sanidad, igual explicaba las cifras del paro conocidas ayer que la crisis de la garrapata, que cree controlada.

Báñez, que también tuvo papel relevante en las negociaciones PP-Ciudadanos, fue saludada con besos cordiales por los de Rivera que se sientan detrás de su escaño. Las relaciones personales entre los dos bandos permiten augurar que su alianza siga en pie. Hasta el número dos de los populares, Fernando Martínez Maillo , celebra haber tomado cariño a su colega naranja, Jose Manuel Villegas. Y eso que después de que Rafa Hernando criticara a Rivera algunos de los de Ciudadanos se revolvieron en sus asientos. Sáenz de Santamaría se acercó a conversar con ellos y se hizo la paz.

Consumada la segunda parte del «no», los dirigentes de este país empezaron a centrarse en su próximo escenario, el de las elecciones del día 25 en Galicia y País Vasco. Hacia Bilbao se irá esta tarde María Dolores de Cospedal en cuanto termine la Ejecutiva del PP donde «vamos a reunirnos todos juntos para demostrar que lo vamos a seguir intentando», explicó.

Los diputados socialistas de a pie no comentaban nada. Salieron corriendo del hemiciclo sin pararse a saludar a los mismos periodistas a los que muchos de ellos han contado en la cafetería que preferirían que Rajoy gobierne de una vez.

Por cierto, al final de la sesión Catalá y Cañamero volvieron a hablar. El ministro le recordó que él no puede dar indultos, al estar en funciones.

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