La búsqueda de Blanca Fernández Ochoa no se limita a la sierra de Madrid

Las huellas de Blanca Fernández Ochoa se pierden en el aparcamiento de Cercedilla, en la sierra de Madrid, donde ayer encontraron su coche con objetos personales. En la primera inspección ocular realizada no han hallado signos de violencia en el vehículo que, según algunos testigos, estaba allí aparcado desde el domingo veinticinco. El día antes vieron a Blanca por última vez en un supermercado de la localidad de Pozuelo. No se sabe qué compró pero la deportista dijo que se marchaba unos días a hacer senderismo. No se llevó el móvil y ahora investigan sus últimas conversaciones. Al no tener noticias de ella, el jueves denunciaron su desaparición. Los últimos años no han sido fáciles para Blanca por problemas emocionales y económicos, aunque su familia asegura que ahora se encontraba bien. La investigación tiene abiertas todas las posibilidades acerca de su desaparición. De hecho la búsqueda no se centra en la sierra de Madrid y está abierta en otras vías. En su ordenador la esquiadora había buscado casas rurales en la zona de Castilla y León y Asturias.