ERC busca una investidura para una presidencia imposible

Pese a poder ser elegido presidente, se antoja improbable que Junqueras pueda ejercer como presidente

Àlex Gubern

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La decisión del Tribunal Supremo de mantener a Oriol Junqueras en prisión preventiva llevó ayer al líder republicano a dirigirse de nuevo a sus seguidores. Si el día anterior apelaba al estoicismo –«me clavo en el pecho la espada, que ya no me servirá para combatir. Si el vencido es quien muere y el vencedor quien mata, con ello, confesándome vencido, me intuyo vencedor», dijo citando a Pessoa– ayer instó a esparcir amor. «En estos días que vendrán –apuntó Junqueras en Twitter– manteneos fuertes y unidos, transformad la indignación en coraje y perseverancia, la rabia en amor. Pensad siempre en los otros en lo que tenemos que rehacer y persistid porque yo persistiré. Gracias por todo vuestro apoyo. Os quiero».

La apelación de Junqueras a persistir es perfectamente compatible con los cálculos que se hacen en su partido sobre la posibilidad de que acabe convirtiéndose en presidente pese a seguir entre rejas. Al respecto, la permanencia del líder de ERC en prisión preventiva no impediría que pudiese acceder a la condición de diputado , del mismo modo que tampoco habría impedimento para que lo hiciese Carles Puigdemont –fugado a Bruselas–, en tanto que el reglamento del Parlament permite que este trámite se haga por escrito, de forma no presencial. Ninguno de los dos está condenado en firme y por tanto conservan sus derechos políticos .

Si aquí no parece haber discusión, tampoco la hay con respecto a la necesidad de que quien aspire a ser presidente sí esté de manera presencial en el Parlament de Cataluña para presentar su programa y someterse a la investidura, tal y como fija el reglamento de la cámara y el Estatut. Desde la candidatura de JpC se ha deslizado que los textos no hablan de manera explícta de presencia física, algo no obstante que choca con el más elemental sentido común . Del mismo modo, el voto tampoco es delegable.

La lectura de reglamentos es inevitable hacerla comparando la situación personal de quienes se disputan ahora mismo la condición de «investibles». En el caso de Junqueras –si antes no se da una improbable puesta en libertad– tendría que tratarse de un permiso extraordinario como el que en 1987 se le dio al etarra Yoldi para afrontar su propio debate de investidura en el Parlamento vasco (como cabeza de lista de HB). Se trata de las medidas «pertinentes, en momentos puntuales» a las que ayer aludía el Supremo. Puigdemont lo tiene peor: si no prospera una nueva modificación espúrea del reglamento del Parlament –como se ha especulado–, para aspirar a estar en la misma situación de Junqueras primero tendría que regresar a España, con la inmediata entrada en prisión preventiva. Sí entonces podría reclamar los mismos permisos extraordinarios que Junqueras, pero poco más.

Salvados todos estos escollos, y suponiendo que bien Junqueras, bien Puigdemont, son elegidos presidentes, la pregunta inevitable surge: ¿cómo se ejerce la presidencia desde la prisión? El juez instructor puede conceder permisos extraordinarios –para la investidura, o para votaciones importantes–, pero difícilmente lo hará de manera periódica cada martes para que uno u otro presidan la reunión del consejo ejecutivo.

ERC busca una investidura para una presidencia imposible

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación